El veterano músico de rock Rosendo Mercado ( www.rosendo.es ) anunció en diciembre, con una serie de conciertos, que dejaba los escenarios, al acercarse ya a los 65 años. En su itinerario artístico ha vivido muchas cosas peculiares, pero quizá la más insospechada fue la escena que tuvo lugar en 2016 en un lugar perdido de Australia: Rosendo el rockero tocaba la guitarra ante la tumba del obispo misionero Rosendo Salvado.

"Cualquiera que se plantea en esa utopía que creo que todos tenemos en la cabeza acaba siendo un prisionero del disparate, sobre todo si se empeña de por vida, como hizo él", comenta Rosendo el rockero, no criticando, sino alabando a Rosendo Salvado el misionero gallego. "Prisionero del disparate" es una de las frases de sus canciones. 

Todo esto queda grabado en un documental (gratis y completo aquí en Vimeo), en el marco un poco extraño de Nueva Nursia, la misión australiana que fundó el misionero español, hoy casi abandonada pero habitada por una comunidad de monjes benedictinos muy viva y acogedora, que presumen de ser el único pueblo monástico de Australia. Uno de los monjes tocaba el teclado junto al rockero español y le recuerdan que el misionero obispo también era un buen músico, compositor de piezas para piano.

"Era una aventura... las mías no pasan del pasillo de mi casa, y este hombre, en cambio, mira donde llegó", explica admirado el famoso rockero. "¿Cruzarme el mundo entero para algo así? No me veo, no sé si habría hecho algo así..."

Un lugar especial para una idea un poco loca

Nueva Nursia es un espacio algo surrealista y eso inspiró a César Espada, que en 2014 llegó a la Embajada de España en Canberra (Australia) como consejero cultural. Lo explicaba otro diplomático, Enrique Criado: "Acabábamos de heredar en la Embajada un proyecto cultural con poco fuste, la típica exposición de paneles que nadie lee, sobre un misionero gallego llamado Rosendo Salvado".

Lo que se le ocurrió a César Espada fue traer al Rosendo rockero a la misión de Rosendo el misionero para dar una sensación de "España moderna".

Pero, según explicó Espada en Eldiario.es (una publicación que no es nada devota, sino más bien lo contrario), se asombró al descubrir más conexiones entre los dos Rosendos: "A pesar de las enormes diferencias culturales que les separan, creo que comparten algunos rasgos morales, por decirlo de algún modo: la honestidad (y esa forma de ser fieles a unas ideas y a sí mismos), la inquietud (y esa forma de rebuscar, aunque sea a costa de ir contracorriente y 'molestar'), la perseverancia y la paz", asegura. También existía otro vínculo: la música.".

"Australia era el único sitio del mapa que jamás hubiera pensado que iba a pisar. No sabía ni que existía ese tal Rosendo Salvado y mi relación con la embajada española es cero", dijo Rosendo en el documental que narra esta loca aventura, el cual está disponible de forma íntegra y gratuita en Vimeo.

Intento de utopía... o al menos proteger a los nativos

El misionero Rosendo, como tantos antes que él, intentó crear un espacio de aborígenes que conocieran a Dios pero apartados de la influencia (no muy edificante) de los colonizadores británicos. Llegaron a vivir muchos nativos allí, aunque hoy está casi despoblado. Queda el monasterio y un hotel.

Salvado creó la misión en 1846 y le dedicó 54 años de su vida, hasta su muerte en 1900. Sus dos sucesores (hasta la Segunda Guerra Mundial), también fueron españoles. La etapa de Salvado buscaba sobre todo servir a los aborígenes, pero en los años 60 las enfermedades diezmaron a la población nativa. Las autoridades británicas traían niños indígenas de todo el país para sus escuelas. A veces el obispo chocaba con las autoridades civiles tratando de proteger a los nativos de distintos abusos.

El obispo y misionero benedictino Rosendo Salvado

"Esto es tan surrealista que te voy a decir que sí"

Rosendo el rockero y su manager no pensaban ir a Australia, pero, según Espada, el músico le dijo: "La verdad es que después de escucharte todo esto me parece tan surrealista que te voy a decir que sí". Solo puso una condición: que si iba tenía que actuar. Y así fue. Acordaron dos conciertos e incluso se topó con bandas de jóvenes que tocaron sus canciones en inglés.

"El atractivo era precisamente ese: ir a un sitio que jamás hubiera imaginado y conocer a un tocayo de otra época, ya que tampoco hubiera imaginado que en aquel tiempo hubiera majaras a este nivel", reconoce el rockero. Cuando dice "majara" se entiende que lo hace como elogio y con admiración.

El documental arranca con una escena potente: Rosendo a los pies de la tumba del barbudo obispo, con su guitarra eléctrica.

"En toda esta historia, los que fueron más abiertos y los que más facilidades me dieron fueron los monjes benedictinos, que hasta le permitieron tocar a Rosendo dentro de la iglesia y filmarlo todo con un dron revoloteando", indica Espada.

Un obispo que componía música para piano... y recaudaba tocando

Los monjes hablaron de la capacidad musical del obispo misionero: apenas creó música religiosa, sus composiciones eran del estilo pianístico que acompañaba a las películas mudas. Incluso llegó a organizar un concierto de piano donde tocó durante tres horas y media para recaudar fondos destinados al monasterio.

"Rosendo me dijo que el documental le emocionó", afirma Espada en ElDiario.es. "Debió de ser único. Que te lleven a Australia solo por llamarte Rosendo, que cantes en un monasterio benedictino en Australia, que te encuentres con una banda de jóvenes que toquen tus canciones en inglés y te cruces con unos cuantos canguros de paso, no creo que sea algo que le ocurra todos los días".

La "opción benedictina" combina el sacar a la gente de su casa y lanzarla a la aventura y el acoger a los peregrinos... y tocar un poco de rock.

DE ROSENDO A ROSENDO from Cesar Espada on Vimeo.