Tras concluir las nuevas pinturas de la bóveda del Santuario de Nuestra Señora de la Antigua en Hinojosa del Duque (Córdoba), el pintor Javier Aguilar ha concedido una entrevista donde presenta su último trabajo, su trayectoria artística y desvela su principal motivación,  "testimoniar la Gloria de Dios con toda la belleza posible".

El dibujante y ceramista nacido en Córdoba (1975) también es Técnico Superior en Artes Plásticas, Orfebrería y Platería Artística y forma parte de la capellanía italiana de los Artistas de Siena.

Cuenta al portal de la diócesis de Córdoba que esta trayectoria de éxito, que ha completado en talleres de orfebrería y cofradías cordobesas, comenzó durante su infancia, a raíz de su fe y su precoz gusto por el arte.

"Siempre me gustó el dibujo. Siendo niño pintaba caras de Vírgenes o Cristos, algún paisaje, un bodegón, y del blanco y negro pasé a utilizar colores y aprender, por mí mismo e intuitivamente, las mezclas y los procesos", explica.

Sin darse cuenta, lo que comenzó siendo "un pasatiempo" acabaría por convertirse en su pasión y su forma de vida, y los encargos no tardaron en llegar.

Contemplar el arte y equivocarse, sus maestros

Sorprende que con obras de la magnitud como la bóveda del santuario cordobés no son fruto de una amplia formación y estudios artísticos, y el pintor admite que "el ensayo y error" y la contemplación de obras han sido "su profesor" de arte.

"Se aprende mucho viendo y analizando las obras de otros pintores. Para mí, ver un cuadro es una lección de pintura y una clase maestra. Nadie me enseño a pintar, los maestros que he tenido han sido las obras maestras que he podido contemplar y estudiar en directo", añade.

Entre su repertorio de obras religiosas, Aguilar ha realizado pinturas decorativas como la Capilla de Guadalupe en el Santuario de la Purísima Concepción de Puente Genil, ha restaurado las presentes en la parroquia sevillana de Bollullos de la Mitación, pintado numerosos carteles de la Semana Santa andaluza y profundizado en trabajos de cerámica y plata. Las pinturas del santuario cordobés son, en sus propias palabras, uno de sus proyectos más importantes.

Javier Aguilar, durante la realización de las pinturas como "acción de gracias" para la Virgen (Imagen: Diócesis de Córdoba).

Una ofrenda a la Virgen María

El proyecto comenzó como una iniciativa de la Cofradía de Nuestra Señora de la Antigua planteada "como una ofrenda permanente de acción de gracias a la Santísima Virgen" que quedase "plasmada para la historia".

una iniciativa colectiva que se plantea como una ofrenda permanente de acción de gracias a la Santísima Virgen que quedará plasmada para la historia” y para "dar una mayor dignidad a la casa de la Virgen". La iconografía, elegida por la Junta de Gobierno, ha buscado "dejar constancia de la historia de la salvación y de los hitos más importantes" de Nuestra Señora de la Antigua.

El pintor pontanés es consciente de que "no todos los días tienes la oportunidad de crear una obra de arte de las características y magnitud de una cúpula" y ha supuesto "un reto técnico y artístico" con el que ha crecido "como pintor como creyente".

Aguilar, que aprendió a pintar estudiando obras de arte, admite que su objetivo es dar testimonio de la Gloria de Dios y engrandecer el amor a María (Imagen: Diócesis de Córdoba). 

Su objetivo, testimoniar la Gloria de Dios 

De hecho, explica, la religiosa ha sido su principal motivación a la hora de realizar el trabajo, donde "lo más importante" para él ha sido "testimoniar la Gloria de Dios con toda la belleza posible". Esta belleza, añade, "es Su reflejo más cercano a nosotros, una manera de intuirlo y conmovernos".

Del mismo modo, "aportar y engrandecer un patrimonio de amor a la Santísima Virgen de la Antigua" ha sido otra de sus aspiraciones.

La obra artística, realizada al óleo y con aplicaciones de pan de oro está dividida por nervios en cuatro secciones con cuatro cartelas sostenidas cada una por una pareja de ángeles.

En cada una de ellas se ha representado al Cristo resucitado, "aludiendo a la importancia fundamental del Cristianismo", la Natividad de la Virgen, su aparición en el pozo de la Fuensanta y en último lugar su patronazgo, "como Protectora y Patrona de Hinojosa del Duque, representada tal cual hoy la conocemos sobre una vista del pueblo".