La polémica periodista Pilar Rahola se ha caracterizado en los últimos tiempos por defender a la Iglesia pese a su condición de no creyente. Así, por ejemplo, defendió a los misioneros, durante el discurso del Domund, mientras alababa el bien que la fe puede hacer a la persona. También se ha manifestado contra los ataques a la fe cristiana como el Padrenuestro blasfemo.
 
Este domingo, Rahola participó en PuntBCN en la presentación del último libro del sacerdote Julián Carrón, presidente de Comunión y Liberación, que ha escrito La belleza desarmada. Durante el acto al que acompañó a este religioso, la periodista dijo que la lectura de esta obra “me ha interrogado y me ha hecho reflexionar sobre mis propias creencias y convicciones”.
 
Para Pilar Rahola, el libro de Carrón “hace unas preguntas que son luz, que son necesarias en el mundo en el que vivimos, porque actualmente solo se dan respuestas, eslóganes, resoluciones, pero no se formulan las grandes preguntas”.


¿Quiénes somos? ¿Qué es la verdad o cuál es la verdadera libertad? Son algunas de estas cuestiones que se plantea Carrón porque, tal y como cita de la socióloga Hannah Arendt, “la crisis actual nos obliga a volvernos a plantear preguntas y nos exige nuevas o viejas respuestas, pero, en cualquier caso, juicios directos y no preestablecidos”. 
 
“Una crisis que nos está llevando a la necesidad de diálogo”, ha destacado Carrón y que a Rahola le llevan a buscar respuestas en el hecho religioso. “En el momento de desconcierto de ideas en el que vivimos, yo encuentro respuestas en el diálogo con lo religioso”, confesó Rahola. 


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La periodista agregó que “pese a que recibí una educación cristiana a través de mi familia y fui bautizada” se define como no creyente, aunque considera la fe y el cristianismo como algo atractivo: “yo leo los evangelios, me interesa Jesús, y creo que es un gran referente en la modernidad”.
 

Carrón aseguró que el libro se cuestiona la razonabilidad de la creencia en Jesucristo, porque “los cristianos creemos en la fascinación que nos produce nuestra fe y no en la violencia personal”. En este sentido Carrón ha insistido en que la fe “solo se puede acoger desde la libertad”. “El Cristianismo no se puede reducir a una serie de doctrinas, de ritos o de normas morales y debe ser acogido libremente”, ha afirmado Carrón.
 
El sacerdote explicó cómo, al entablar diálogo con un taxista que le preguntaba sobre la libertad y sobre “por qué Dios nos ha hecho libres si eso implicaba poder elegir un camino equivocado, le pregunté: tú que prefieres, que tu mujer te quiera de forma perfecta y fielmente, pero sin ser libre, de forma servil, o que te quiera libremente. Él me respondió ipsofacto: libremente. Pues Dios igual quiere que le queramos libremente”.
 
Según Carrón, “si me caso no es por limpiar los cacharros o la cocina del otro, sino porque veo un bien en el otro, porque me fascina y ya no puedo vivir sin él”. Los cristianos, según el sacerdote, son aquellos que “se encuentran con una fascinación tan grande que al día siguiente vuelven a buscarla porque no pueden vivir sin ella”.
 

Rahola ha mostrado precisamente una gran fascinación por el cristianismo. “Tengo la impresión de que el cristianismo ahora es mucho más atractivo”, ha destacado. “Creo que ya no es una religión de poder, que ahora está perseguida y con eso ha vuelto a la esencia de los primeros cristianos”, ha afirmado Rahola. 
 
Por ello, la escritora ha animado a los cristianos a “salir del armario, salid vosotros que tenéis una sensibilidad enorme por la defensa de la libertad y una manera diferente de tratar al hombre”. “Salid, porque aunque no os compremos la fe, sí que os vamos a comprar los valores y la concepción de la persona que vosotros tenéis”, ha proclamado Rahola. Porque, “por ejemplo, como yo siempre digo, si se cumplieran los diez mandamientos no habría problemas de corrupción y viviríamos en un mundo mejor”.
 
Carrón ha agradecido a Rahola poder dialogar con ella y ha destacado la importancia para los cristianos de relacionarnos con el resto de la sociedad desde las cosas que nos son comunes. “Mostremos al mundo esta belleza de la fe, una belleza que está desarmada, que no implica violencia, que lo hace desde la libertad, porque la belleza o está desarmada o no nos sirve para nada”.