"Desde que empezamos a trabajar en Infinito + 1, hemos tenido noticia de numerosas conversiones a la fe, entre todo tipo de espectadores, de tantos países: ateos y agnósticos que han pedido su bautismo en la Iglesia o que han regresado a ella, creyentes fríos que han vuelto a rezar y a recibir los sacramentos, sacerdotes que han recuperado el entusiasmo perdido, nuevas vocaciones religiosas, personas arrepentidas por haber abortado o que han pedido ayuda para no abortar": es lo que en Infinito + 1, Ia productora de Juan Manuel Cotelo (La última cima, Tierra de María), llaman "rentabilidad espiritual".

Así lo explican como parte de la campaña que la compañía está lanzando para financiar distintos proyectos, ahora sobre todo El mayor regalo, una gran película sobre el perdón que en sus primeras tomas ya ofrece testimonios impresionantes.

Esa "rentabilidad espiritual" es clave en una productora que aspira sobre todo a la evangelización. No porque se renuncie a objetivos económicos, sino porque, afirman, "en el mundo del cine, los resultados económicos son imprevisibles". "No creas a quien te garantice el éxito", añaden: "Es un mercado de emociones, sometido a demasiadas variables subjetivas, así como a fuertes intereses económicos e ideológicos, e incluso a la piratería de contenidos. Por todo ello, las posibilidades de ganar dinero son tantas como las de perderlo todo o las de recuperar solamente una parte".

En consecuencia. recuerdan a todos los potenciales inversores que sólo la "rentabilidad espiritual" de pleno sentido al trabajo empeñado y a la inversión comprometida.


Lo cierto es que la influencia es creciente y los comienzos modestos empiezan a dejar paso a resultados muy notables. Los circuitos cinematográficos más importantes del mundo ya han abierto sus salas a las producciones de Infinito + 1: Cinemark, Cinépolis, Cinemex, Cinesa, Yelmo, Cinehoyts.

"En España empezamos a proyectar La última cima en 4 salas y llegamos a 125. En Hungría, se estrenó en una sola sala y al cabo de un año todos los cines del país la habían proyectado. En México estrenamos Tierra de María en 50 salas con una previsión de aguantar dos semanas en cartelera y llegó a proyectarse en 120 salas, permaneciendo cinco meses. En Brasil continúa en cartelera después de siete meses. Y pronto estrenaremos en países que parecían inalcanzables para nuestras producciones, como Japón, Austria, Francia, Bélgica, Letonia... Recientemente, la cadena de televisión con mayor crecimiento mundial en los últimos años, Netflix, ha comprado los derechos de Tierra de María".

"¡Está sucediendo! ¡Todos los resultados invitan al agradecimiento y al optimismo! Y esto acaba de empezar...", transmiten con entusiasmo desde Infinito + 1.


Para financiar los proyectos, ofrecen dos fórmulas:

Primera, como donante de la Fundación Infinito, con cualquier cantidad, por grande o pequeña que sea.

Segunda, como inversor de un proyecto concreto de producción (ahora están concentrados en El mayor regalo). Hay dos modalidades dentro de esta fórmula:

-o bien los inversores (personas o empresas) entran a formar parte como socios de una Sociedad Limitada (S.L.);

-o bien entran a formar parte como co-productores de una Agrupación de Interés Económico (A.I.E.) creada específicamente para producir una película.

En Infinito + 1 van con la verdad por delante: no pueden garantizar el éxito. Ahora bien: "Que no podamos garantizar esa rentabilidad, no significa que no pueda darse. Y que el dinero no sea el fin primordial de nuestra actividad, no implica que no sea el medio que buscamos, gastamos, recuperamos y devolvemos, incluso, con beneficio".

Y el caso es que confiesan que, "después de casi diez años abriendo puertas que parecían herméticamente cerradas", las cosas están cambiando: "Los prejuicios surgidos del miedo anunciaban un fracaso garantizado. ¡No es cierto! El público está ahí, deseando recibir la oferta atractiva del Evangelio, y los agentes del mercado audiovisual están solicitando nuestras películas, superando esos prejuicios infundados".

"El camino es largo, es una aventura llena de emoción y riesgos... ¡pero está sucediendo! ¡Gracias a Dios!", concluyen.