Andrea Tornielli es uno de los vaticanistas más reputados. A su trabajo en La Stampa y en Vatican Insider, que cuenta con fieles seguidores, hay que añadir una producción bibliográfica sobre los Papas y el Vaticano muy nutrida. Hoy sale a la venta el primer libro del Papa, El nombre de Dios es misericordia (Planeta Testimonio), para el que se sentó enfrente del Papa y, como buen periodista, preguntó.


–La idea me vino mientras el Papa anunciaba el Jubileo de la misericordia, al final de la liturgia penitencial en San Pedro, el pasado marzo. Pensé que sería bonito hacerle preguntas centradas todas ellas en el tema de la misericordia. Le escribí y aceptó.


–Creo que desea, también con este libro, pero sobre todo con su predicación, mostrar el rostro de la misericordia de Dios, una Iglesia que acoge y es capaz de dar a conocer el abrazo del perdón.




–El título fue propuesto por el editor, después de haber leído el libro, y obviamente el Papa lo aprobó. También a mí me gusta, expresa bien el contenido.


–Me ha sorprendido, mientras le hacía al Papa las preguntas sobre este argumento, descubrir cómo Dios busca cada camino, cada pequeña fisura, cada rendija posible para venir a nuestro encuentro y donarnos su perdón. Nosotros solamente tenemos que darnos cuenta de que necesitamos su ayuda.


–Creo que sí, pero prestando atención: esto no significa que la misericordia sea una novedad, o que sus predecesores no hayan hablado de esto. Juan Pablo II ha escrito páginas preciosas sobre este argumento y en el libro son citados muchos Papas y también muchos Padres de la Iglesia que hablan de esto. La misericordia «es verdadera», dice el Pontífice. Pero está fuera de toda duda que este tema es muy importante en su predicación: éste, ha explicado el Papa, es el tiempo de la misericordia. Cuanto más nos preocupa la situación de las familias, de la sociedad, de los países y del mundo, tanto más hay necesidad de perdón, necesidad de aquello que Francisco llama «océano de misericordia».


–Se puede decir que es solamente uno, el del título. Pero ciertamente Francisco lo hace citando muchos episodios de su experiencia como sacerdote, obispo y Papa.


–Es importante, creo, comprender bien la distinción que hace Francisco cuando dice: «Pecadores sí, corruptos no». La diferencia entre los dos no se refiere principalmente a la gravedad de los pecados cometidos o al número de pecados cometidos, sino a la actitud: el pecador se reconoce como tal, es humilde, pide perdón, pide ayuda. El corrupto no es humilde, se considera autosuficiente, transforma el pecado en un hábito y al final se convence de que eso que hace no es pecado.


–Creo que es un libro también para quien no cree, porque puede ser interesante entender mejor la importancia de la misericordia y su centralidad en el mensaje cristiano. Además no hay que olvidar que el perdón es esencial también en la sociedad y en las relaciones entre los estados: ya Juan Pablo II dijo que no puede haber paz sin justicia y que no hay justicia sin perdón.


–Esperemos que sí. Depende mucho de cómo sea vivido en las iglesias locales, en las parroquias. Si va a ser un Jubileo más de sacramentos que de grandes eventos creo que acercará a muchas personas.

Publicado en La Razón.
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Título: El nombre de Dios es Misericordia Ocio Hispano
Autor: Papa Francisco (con Andrea Tornielli)  
Editorial: Planeta Testimonio  
Páginas: 150 páginas  
Precio 17,90 €