Ha concluido el curso y antes de que queramos darnos cuenta empezará otro. Y como cada año, para los padres conscientes de lo que se juega en la educación de los hijos se impone una reflexión en ocasiones angustiosa: ¿llevamos a nuestros hijos al centro adecuado? ¿Nos implicamos adecuadamente en su formación, también en casa? ¿Estamos dando como es debido en el colegio la batalla por nuestros derechos?

Pablo Sagarra Renedo aporta interesantes elementos para ese discernimiento en Elegir colegio, educar en libertad (Sekotia), que llega con un subtítulo motivador: El despertar de los padres: ¡que no eduquen a tus hijos! Algo en lo que están más que empeñados los gobiernos del mundo, temerosos de que se les escape la formación de sus ciudadanos, a quienes quisieran moldear a su antojo.

-Es un derecho constitucional en cuanto que es un derecho humano fundamental y así está reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en otros textos internacionales.


-Bajo ningún concepto nuestro sistema educativo, en España, y esta valoración es extensible a muchos países del mundo occidental (Iberoamérica incluida), refleja satisfactoriamente el derecho que tenemos los padres a educar a nuestros hijos en libertad y a que el Estado nos garantice a educarlos conforme a nuestras convicciones morales y religiosas.




-El artículo 27 de la Constitución, en concreto en la red pública educativa española, es papel mojado.


-La Lomce del Partido Popular deja en similar estado de desprotección a los padres; en particular a los de la escuela pública (la mayoritaria).


-No lo es. En muchas ciudades y barrios los padres no pueden elegir el colegio concertado que les gustaría; en otros hay líneas sin concertar (de infantil y/o de bachillerato) que los padres tienen que pagar íntegramente, o lo que es peor, se minora, se deniega o se amenaza con quitar el concierto a ciertos colegios.

-Sí es perfectamente factible, al igual que en otros países, como Suecia.

-La calidad educativa se vería favorecida al aumentar la competitividad real entre los colegios y a nosotros, los padres, nos permitiría gestionar nuestro dinero -el dinero público financiado con nuestros impuestos- decidiendo sin imposiciones a qué colegio enviamos a nuestros hijos, público o privado. El que pudiera haber picaresca en ciertos padres no es motivo para no implantarlo.


-Las dificultades no son legales; son políticas y corporativas; con el cheque escolar los padres seríamos protagonistas de la educación de nuestros hijos y el Estado, los partidos políticos y los sindicatos perderían mucho poder.


-Es una injusticia sectaria, sin fundamento alguno pedagógico; es un modelo contrastado que a muchos padres en España nos gustaría elegir como en otros países (Estados Unidos, Inglaterra…). En nuestro país, debería haber algunos colegios de educación diferenciada también en la escuela pública, para que los padres podamos elegir.


Pablo Sagarra aconseja a los padres "no ser indolentes" y formarse en cuestiones educativas.


-En la actualidad se permite la creación de escuelas privadas bajo autorización administrativa, lógicamente. Ojo; pero la inversión es muy fuerte y sin ayuda pública, vía concierto o por otra vía se hace muy difícil crear colegios privados en España; la caída de la natalidad influye mucho y también la presión de los sindicatos de la escuela pública, que no desean que surjan colegios privados. Todo depende de la voluntad del gobierno de cada Comunidad Autónoma.


-No descubro nada a nadie afirmando que el sistema de conciertos implantado en España a raíz de la LODE socialista de 1985 constituyó el principio del fin de la identidad de muchos colegios. Los que no pudieron dejar de someterse (o no quisieron) a este sistema tuvieron que aceptar la presión pública para sobrevivir. Hubo, pues, quien entregó su libertad a cambio de dinero y de mordaza.


-La LODE, por ejemplo, consiguió erradicar casi por completo la educación diferenciada en España, ya que si los colegios no establecían el modelo mixto las posibilidades de recibir fondos públicos eran prácticamente nulas. Algunos de los centros que se resistieron, asfixiados económicamente y acuciados por la caída de matrículas ante el descenso de la natalidad, desparecieron.


-Esta cadena de acontecimientos influyó en las órdenes religiosas, responsables de la mayoría de tales colegios, acuciadas también por la falta de vocaciones: tuvieron que ir contratando a profesorado en ocasiones poco afín al ideario. Pienso que en colegios mixtos llevados por religiosos es más difícil que surjan vocaciones a la orden religiosa en cuestión, y viceversa.


-Para toda la enseñanza concertada, y no solo para la regentada por congregaciones religiosas de enseñanza, el futuro es sombrío porque el estatismo domina el sistema: tiene la sartén financiera cogida por el mango. Somos los padres los que tenemos que rebelarnos y apoyar a los titulares de los colegios a la hora de exigir mayor libertad, también financiera.


-Los padres tenemos que mantener un mínimo de formación para educar de la mejor manera posible a nuestros hijos; la lectura de buenos libros es una, entre otras, manera de hacerlo (un libro al año sobre educación por ejemplo sería una meta interesante). Hay que exigirse un poco, formarse y no ser indolentes. Queridos padres, no dejéis en manos de otros la educación de vuestros hijos; la indolencia, en este campo, se paga muy caro... Somos los primeros y principales educadores; en nuestra casa, en nuestra familia, ésta es la mejor escuela de nuestros hijos.


-El colegio está para ayudarnos y tiene que estar en sintonía con nosotros, con nuestras convicciones morales y religiosas; para conseguirlo habrá que tratar de elegirlo adecuadamente (si se puede), y en todo caso, hay que buscar hacer equipo con el colegio; con el tutor de cada uno de nuestros hijos; ir en la misma línea, no dar nada por supuesto, supervisar la orientación de las clases de mayor carga antropológica, de biología, filosofía, historia…

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Título: Elegir colegio, educar en libertad Ocio Hispano
Autor: Pablo Sagarra Renedo  
Editorial: Sekotia  
Páginas: 131 páginas  
Precio 14,00 €