Montserrat Guixer Font (La Roca del Vallès, 1948) alumbra La fe recibida (Ediciones De Buena Tinta), compilación de meditaciones sobre la fe: sin tapujos, sin complejos, a cara descubierta; muestra a través de un diario que abarca un período de quince años, un repertorio de verdades que fluyen hacia la Verdad, y la Verdad fluye hacia ellas.


- Se trata de un testimonio real, vivido. El origen es la escucha admirada de la Palabra que ya según Isaías 55, 11 "viene a la Tierra, y no se volverá vacía, sino que cumplirá un destino". El asombro que me produce, hace que en los primeros tiempos de oírla, nada quede anotado en mi bloc, tanto era mi deslumbramiento. Pero, en un momento dado, reacciono, y empiezo con pequeñas anotaciones con el fin de guiarme para dar razón, explicación en familia de aquella verdad que penetraba en mi entendimiento como jamás algo parecido me sucediera.


- Justo, en el clavo. Es verdad que desde pequeña mi corazón no paraba de preguntarse cosas y cosas, y recuerdo también ese anhelo "de algo que no lograba definir", "de algo como una perfección", de algo como un inconformismo, como una rebeldía a la no-verdad, a la desgana de aceptar ser simple biología, al tedio de comprobar la adoración al dinero.


- Compruebo que mi ánimo ha estado en búsqueda de lo verdadero, y de la Verdad. No ha sido fácil, ha habido dolor. Pero mi trayecto ha recalado como un don, como un regalo en hallar el sentido a la vida, que es el de orientarte en cada momento a Aquel que te creó. Orientación que descubres a través de su Palabra, su revelación, su hacerse persona humana, su entrega al hombre.

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- Desde luego, es difícil, contestar así, en general. Pero, creo que, siendo las personas "iguales" en el sentido de que todas estamos sometidas a la Naturaleza que Dios ha creado, también es verdad que no hay una exactamente igual a otra, aunque sí parecidas. Entrando más en cuestión, sí que he observado, que un grupo goza de tener un corazón o conciencia más puros; mientras que el otro, tiene dirigido su corazón o entendimiento a la satisfacción "como sea", "al precio que sea" de su querer, de su voluntad.


- Sí, es así. Aunque en principio no puedes decir que unos sean absolutamente "buenos", y los otros "malos", así categóricamente. Sí que he percibido que en unos la tendencia y la voluntad personal está dirigida al bien, o al menos no querer hacer el mal; mientras que en otros su corazón "decide" llevar a cabo, con tenacidad, es decir, no casualmente, obrar el mal, es decir, dañar al prójimo, si con ello, logra o mantiene una posición aventajada materialmente en la vida.

- Más bien no. Ya que sucede esto: puede ocurrir que aquella persona de tendencia pura, falle, peque, porque se equivoca circunstancialmente, pero que tarde o temprano lo percibe y rectifica. En cambio, la persona que ha decidido con todo su querer seguir la senda de saltarse los principios que figuran descritos en los mandamientos de Dios normalmente lo hace de tapadillo, aparentando mediante un "buenismo", que es bueno.
Y desde luego, también hoy hay el trastoque, sin caretas, de propalar que lo bueno es malo, y que lo malo es bueno.


- Se puede hacer una línea divisoria: la humanidad antigua y la humanidad nueva. Pero fíjate en los parámetros: la humanidad antigua que es heredera de la ley de la selva, la ley del mas fuerte, la ley del agazapamiento frente a la presa (el débil, el inocente, el ignorante), la del todo vale si yo voy bien. Y la humanidad que surge cuando Dios, el Hijo de Dios, toma también la naturaleza humana en Jesús: ésta es la humanidad nueva; la que oye y aprende con sus oídos y con su corazón, que ha de ser "el hombre nuevo", es decir dirigido a amar a su Creador, y al prójimo: Esto es una dimensión nueva.


- ¡Y con toda fuerza! Pero existe ya una gran diferencia: el Dios creador se nos ha manifestado a los hombres y ha marcado una senda de vida. Él, además, se nos ha ofrecido todo Él, en la cruz, para que no dudáramos de su Amor. Se ha comunicado con nosotros, de persona a persona.


- Hay una lucha. Por supuesto que hay un anuncio, por medio de la Iglesia, fundada personalmente por Él, de su buen mensaje: que algunos acogen y otros no.
Una gran parte de la razón por la que no es acogido es debido a la difusión continuada del contra-mensaje que está operativo permanentemente, saltándose la verdad, es decir, a través de la mentira, la falsedad, el engaño. Se podría decir, que el Maligno no cesa en su obrar.


- Sí que la hay: la enfermedad mata un cuerpo que ha estado sano. Igualmente, en el espíritu, la malignidad de la mentira, de la codicia, del egoísmo, de la banalización del sexo, tiene la consecuencia de que queda muy desmantelado, devastado. Una visualización de la devastación que imprime en la persona, en el joven, es la gran ausencia de nuevos matrimonios, la ausencia del querer entregarse la vida mutuamente, con amor, con sacrificio si es necesario, la ausencia generadora de hijos.


- La persona humana tiene dos dimensiones muy definidas: la material y la espiritual. Hoy en día se ha arrinconado la segunda, que es pilar fundamental. Precisamente, la material la compartimos con los animalillos; sólo la espiritual es propia de los humanos. Pues es esencial cultivarla. ¿Con sólo cultura? Recordemos que cultura, es culto a lo humano, pero a lo verdaderamente humano. Cuando hoy, la que corre, la que se divulga, la que tiene seguidores, es "la contra-cultura", es decir el cultivo de lo que va en contra del espíritu del hombre. ¡Vaya plan!


Conocerse, reconocerse criatura, es decir, creada, como la naturaleza que vemos, (y la que no vemos) en la que estamos inseridos completamente ya que vemos perfectamente que no la dominamos. Y pensar que si en algo, o un poco, "la dominamos", es mediante el trabajo, don que se le ha dado al ser humano, no al animalillo, al árbol o a la piedra.
A partir de reconocerse criatura creada, la persona ha de dirigirse a su Creador con adoración. Y respetar sus leyes naturales  y respetar su Ley en mayúscula: la Ley de Dios.
Y eso puede aprenderse (he dicho "puede") en el hogar, en la parroquia, en la escuela, que sean verdaderamente cristianos, no sucedáneos.


 FICHA TÉCNICA  COMPRA ONLINE
Título: La fe recibida Ocio Hispano
Autor: Montserrat Guixer Font  
Editorial: De Buena Tinta  
Páginas: 335 páginas  
Precio 16,00 euros