La Pontificia Comisión de Arqueología Sacra presentó esta semana en la basílica de San Silvestre, en las catacumbas de Priscila, el resultado obtenido tras el trabajo realizado en estos últimos cinco años.

En ellos se han llevado a cabo intervenciones de excavación arqueológica, restauración para conservar las pinturas de las catacumbas y la reestructuración y reorganización de una de las zonas más sugerentes, la de la basílica donde fue enterrado el papa Silvestre.



"La cultura antigua puede tener y descubrir caminos para encontrarse con lo contemporáneo -subrayó el cardenal Ravasi, presidente de la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra. Las catacumbas constituyen una gran fascinación y, no solo para los estudiosos, debemos relanzar el deseo de bajar de nuevo en los lugares oscuros y luminosos del subsuelo romano".

Cabe destacar la restauración del cubículo de Lázaro, en el cementerio subterráneo que se encuentra cerca de la basílica papal, siendo ésta la última de una gran serie de intervenciones de conservación realizadas en el cementerio de Priscila.

La basílica de San Silvestre se compone de dos ambientes, uno dedicado en su totalidad al culto y el otro utilizado en el pasado como depósito de los materiales antiguos escultóricos encontrados durante las excavaciones. Entre estos materiales se encuentran más de 700 fragmentos de sarcófagos -que han sido cuidadosamente restaurados-, que proceden de la necrópolis que en la época imperial tardía se extendía en la zona de la vía Salaria Nueva, un notable testimonio de la escultura funeraria de la antigüedad.



Este patrimonio artístico de gran valor puede ser consultado on line en el sito mupris.net y como gran novedad, las catacumbas de vía Salaria se incluyen en el programa Google Maps, desde donde se podrá admirar el complejo prisciliano. Éste es el enlace para visitar las catacumbas.