Mario Vaquerizo es un famoso irreverente, travieso y simpaticón que ha conseguido colarse en infinidad de casas por la televisión y la radio. Se dedica al humor, al famoseo en general y a la conversación petarda, a menudo acompañado de su esposa Alaska (Olvido Gara). Siempre dispuesto a probar cosas nuevas y viejas, recientemente emite un 'podcast' de Historia de España a la vez que presenta en el Teatro Calderón de Madrid 'La última tourné', un programa de variedades "como los de los 80".

Pese a su estilo alocado y provocador, sin embargo, no le importa hablar de Dios, y en parte relaciona su fe con su amistad con Fabio McNamara, un exponente de la "movida madrileña" a quien su conversión salvó de la droga y el hundimiento. Ha hablado algo de eso en una reciente entrevista en El Mundo (bajo suscripción) con Darío Prieto. 

- Hablemos de Dios...

- Soy una persona que reza todos los días y que cada vez que va a misa es feliz cuando comulga, porque está tomando el cuerpo de Cristo.

- ¿Es usted monoteísta?

- Es que hay muchos dioses, está el dios Fabio McNanamara y después están los arcángeles. Para mí son Warhol, Bowie y John Waters. Yo soy religioso, pero no solamente en el sentido más dogmático, sino espiritual. Me considero una persona cristiana, porque la educación que he tenido la sigo ejerciendo. A día de hoy me hace sentir bien ir a misa. Me fui a Lourdes y volví curado: me bañé en las piscinas y me cargué de una espiritualidad bonita.

- ¿Existe Dios?

- Dios existe y a mí me salva día a día. Así que bendita fe, bendita religión y bendito Dios. La vida siempre ha sido una guerra y la figura de Dios siempre ha estado presente en todas partes, hasta en Altamira.

- Hablando de esto, hay quien ve el fervor religioso de usted o de McNamara como idas de 'olla'.

- Estoy harto de escuchar a periodistas y a alguna gente que dice: "Con lo divino que era Fabio". Tú no le has conocido en tu puta vida. Ha sido divino siempre y ahora mucho más, porque está menos contaminado y vive en paz consigo mismo y no tiene que ir a buscar otras cosas para quitarse de en medio. Si la reconversión de Fabio sirve para que, de forma egoísta, yo siga disfrutando de mi amigo y sea el mayor coleccionista de sus cuadros porque está en su sano juicio y pinta mejor que nunca, bienvenida sea.

Puedes ser payaso y serio

En otros momentos de la entrevista Vaquerizo explica que "ser payaso no significa no ser también una persona seria. Yo tengo esa dualidad y es lo que me ha salvado la vida siempre".

Comenta también que "cuanto más viejo me hago, más feliz soy, porque conozco más cosas y estoy más pleno con mi vida. Tengo mi independencia y estoy con la persona que quiero".

Cuando le comentan temas de feminismo advierte: "Estás hablando con un hombre que habla de sí en femenino, cariño. Mientras tú, feminista de libro, no puedes tener opinión propia y tienes que seguir los dogmas. Y yo no soy nada dogmático".

Y lamenta que cada vez sea más difícil expresarse con libertad. "Me c*g* en lo políticamente correcto. Es que vivimos en una dictadura: las personas no puedan decir realmente lo que piensan y al final lo acaban haciendo de forma clandestina en casa de sus amigos", protesta.

El caso de Fabio McNamara

Vaquerizo, como explica en la entrevista, es muy amigo de Fabio McNamara y un entusiasta de su pintura. Incluso escribió en 2014 una biografía sobre él llamada Fabiografía. Investigar la vida de Fabio, y su salvación cuando otros murieron, le hizo constatar la luz que aporta la fe en la vida de los hombres.

En 2014 Mario, con pelo largo, hablaba así de Fabio y de su Fabiografía

McNamara estuvo muy implicado en la llamada "Movida madrileña", y también en la droga, el sexo gay y una vida desastrada. Hacia 1998, ingresado en un hospital con varias enfermedades ligadas al sida y la droga (tuberculosis, hepatitis C) entendió que "Dios me puso ahí para que me diese cuenta de que el mundo en el que vivía no era bueno".

En el mes y medio que estuvo ingresado se dio cuenta de que estaba solo, porque la mayor parte de sus amigos habían muerto: suicidios, accidentes, sobredosis, enfermedades... Entonces se dijo: "O te salva Dios o no te salva nadie", y pidió que el sacerdote empezase a llevarle la comunión a diario. Fue el inicio de un viraje radical en su vida.

"Mi consejo es ir a misa todos los días, comulgar, estar en gracia. Y cuando estés en pecado ve enseguida a confesarte, no dejes que el demonio te tenga cogido ni un momento", explicaba Fabio McNamara en un encuentro en Asalto al Cielo en 2016.

Fabio McNamara explicaba en 2013 así su conversión en Cambio de Agujas