El éxito del Papa en Twitter está ya asegurado. Todavía no ha puesto un tuit, y ya tiene más de medio millón de seguidores: un potente instrumento evangelizador en cuanto se ponga en marcha el próximo miércoles al mediodía. Será el 12 del 12 del 12 a las 12, no por casualidad el número de los apóstoles.

Con la elección del nombre @pontifex, Benedicto XVI asegura de entrada una continuidad a la cuenta, que podrá ser utilizada por sus sucesores sin necesidad de modificaciones. La voz del Papa en esa red social adquirirá así un carácter objetivo, más vinculado al cargo que a la persona, aunque está demostrado que los 140 caracteres que permite el sistema son suficientes para que cada cual muestre su carácter.

¿Por qué @pontifex? En latín existe la palabra "papa", idéntica a la española, portuguesa e italiana, pero diferente a la inglesa (pope), francesa (pape) o alemana (Papst). El término pontifex gana por tanto generalidad, porque no existe en cualquiera de esas lenguas prioritarias en el protocolo vaticano: pontífice en español y portugués, pontefice en italiano, pontiff en inglés y pontife en francés. El alemán la toma directamente del latín.

Pero junto a razones de conveniencia, la palabra pontifex tiene un significado histórico y espiritual muy profundo.

Aunque los especialistas no son unánimes en la etimología de la palabra, la interpretación más generalizada es que proviene del sustantivo pons, pontis, que significa puente, al que se agregaría un sufijo -fex derivado del verbo facere, que significa hacer. Un "pontífice" sería así un hombre que "tiende puentes" entre Dios y el hombre, que facilita nuestro camino hacia el cielo.

De hecho, y ahí entra el origen histórico del concepto, el Pontifex Maximus [Sumo Pontífice] era en la antigua Roma el miembro principal del colegio de pontifex, esto es, sacerdotes. Su número fue en aumento y la misión que tenían encomendada era la pax deorum, , aconsejando a los magistrados, interpretando los oráculos o presidiendo los funerales. El cargo era electivo, hasta que Augusto (43 aC - 14 dC), al nacer el Imperio, acabó con ese sistema. Él mismo fue Pontifex Maximus.

Fue justo bajo su mandato cuando nació Cristo, y cuatro siglos después el vicario de Cristo en la tierra asumió
la denominación. La conversión de Constantino, el edicto de Milán en 313 que dio libertad a la Iglesia y la consideración del cristianismo como religión oficial del imperio con Teodosio en 380 quitaban todo sentido al papel religioso del emperador. En 381 Graciano renunció al título y fue el último Pontifex Maximus de la Roma clásica.

La Roma cristiana tenía otro puente con Dios. Fue en tiempos del Papa San Dámaso I (366-384), y desde entonces no hay más Sumo Pontífice que el Papa, a pesar de que el Anuario... Pontificio no incluye ese título entre los que corresponden al obispo de Roma.