"Tengo que hacer que Zavala y tú se conozcan. Me lo ha puesto en el corazón el Padre Pío": una amiga del cantautor colombiano Felipe Gómez, a quien ella había regalado El Santo, andaba buscando qué llevarle a José María Zavala, a quien iba a conocer en San Giovanni Rotondo. Bajo ese impulso interior, decidió obsequiarle con su música, varios de sus álbumes.

"A los dos días de ese encuentro", recuerda Felipe, "Zavala me llamó para invitarme a componer una canción que acompañase el lanzamiento de su película El misterio del Padre Pío", que se estrena este 23 de noviembre.

He aquí el tema (rítmico, alegre, pegadizo, muy sustancial en su letra), cuyo lanzamiento mundial en el canal de Youtube del artista acaba de producirse: La revolución del Padre Pío.

La interpretan Felipe Gómez, su esposa y sus hijos, más el hijo de productor del videoclip, Juan Pablo Martínez, también un gran devoto del Padre Pío.

Por medio de la Virgen

"Soy feliz viendo a mi familia unida cantando al Señor", confiesa Felipe. A sus 48 años, recuerda que también él creció en un hogar católico practicante, que fue donde nació su vocación musical, desde muy pequeño.

Su padre quiso que aprendiese a tocar la guitarra siendo niño, y ya adolescente empezó a hacerlo cantando música rock en bares y fiestas. Se fue alejando de Dios y practicando su fe cada vez menos: "Me hice más rebeldón".

Sin embargo, al cabo de pocos años, entrando en la veintena, tuvo lugar un giro radical en su vida.

"Había terminado con una novia y me dije: 'Un clavo saca otro clavo'. ¡Así que salí a buscar otra! Y de pronto mi carro se frena justo delante de la parroquia de San Juan de Ávila, en Bogotá", recuerda.

"Entro en la iglesia, me acerco a la Virgen y me echo a llorar porque me doy cuenta de que estaba muy lejos de ella y de Dios. Le pido entonces que de alguna forma me diga que me ama". Al llegar a casa, su madre le vio, percibió su dolor interior y le dijo: "Tú no vas a ser feliz hasta que no vuelvas a Dios".

"Decidí acercarme de nuevo a los sacramentos: confesión, comunión, adoración al Santísimo... Y el rezo del rosario. Acudí a confesarme. Dos horas de confesión", continúa Felipe, quien viró también su línea artística y empezó a componer canciones a la Virgen María, uno de sus temas preferidos. También ha compuesto temas provida, como Te llamo Mamá o Perdónala: es uno de los intérpretes americanos más involucrados en esa causa.

Felipe se implicó en un grupo de oración en torno a las apariciones de Medjugorje: "Llegaron a juntarse setecientos jóvenes. Salieron varias vocaciones sacerdotales. Allí conocí a mi esposa y nos casamos cuando yo tenía 25 años y ella 21".

Aparece en escena el Padre Pío

Su historia con el Padre Pío comienza en una finca familiar en Tabio (Cundinamarca). En esa localidad los capuchinos tenían un convento con una imagen del santo, por la que empezó a interesarse. Allí llegó un día el padre Paul Siegel, vinculado a la Familia de María (La Señora de todos los Pueblos) de la vidente Ida Peerdeman en Amsterdam (1945-1959). Traía una valiosa reliquia del santo de los estigmas, un guante que había curado milagrosamente a un capuchino in articulo mortis. "El Padre Pío te está buscando", le dijo el sacerdote. 

No tardó en comprobarlo: un amigo alto ejecutivo de una empresa multinacional, que había viajado a San Giovanni Rotondo, le trajo desde allá una imagen del santo de 70 cm y "muy pesada, de resina maciza". 

"Y en Boston conocí a un fotógrafo suyo, Pompilio Petrillo, un hombre muy humilde y amable que tenía más de dos mil fotos del fraile", añade: "Tengo cientos de anécdotas en las que interviene el Padre Pío".

Nos cuenta una muy especial. "Estaba en Ecuador junto a un sacerdote de la diócesis colombiana de Manizales. Nos volvíamos a casa, estábamos a dos horas del aeropuerto y teníamos solo una para llegar. 'Pidámosle al Padre Pío', rezó el sacerdote: 'Vaya a velocidad normal y nosotros iremos rezando', le apuntó al taxista. Yo entonces miré al joven conductor por el retrovisor... ¡y vi los ojos del Padre Pío! El caso es que llegamos en hora y media, con media hora de retraso. Y allí estaban, muy enojados, los pilotos y azafatas del vuelo: 'Les estábamos esperando', dijeron. ¿Por qué?, les preguntamos. '¡Porque teníamos que esperarlos!', insistieron sin más explicaciones".

Y está, sobre todo, la curación de su hijo Miguel, enfermo de cáncer, también por intercesión del Padre Pío. El pequeño hizo la Primera Comunión en Roma, donde el Papa Francisco bendijo a la familia y también la música de Felipe. Quien guarda un recuerdo muy especial: una canción suya fue interpretada en un homenaje a Santa Faustina de la Divina Misericordia, en Castelgandolfo, y al cabo de un tiempo recibió  una carta de Juan Pablo II afirmando que el tema le había hecho "muy feliz".

Felipe Gómez está convencido de que la película El misterio del Padre Pío será un éxito: "Aquí en América el Padre Pío tiene muchos devotos". Devotos de esa "revolución del amor" que propagan los acordes de La revolución del Padre Pío.