Con demasiada frecuencia podemos encontrar noticias sobre relecturas o representaciones artísticas en las que se fuerza a la obra original a decir lo que a la cultura dominante le gustaría que hubiera dicho, lo cual es una forma de parasitar a los clásicos, cuando lo que cabría esperar es que se pusiera de relieve la esencia de la creación artística. Y así, por ejemplo, a la poesía de S. Juan de la Cruz se le puede meter la horma del mero erotismo.

Alfonso Gª. Nuño, en su nuevo libro, El Mesías de Händel. Una audición cristiana, ha tomado el libreto de este conocidísimo oratorio, compuesto exclusivamente por citas bíblicas, y las ha comentado poniendo de relieve su carácter cristiano. El resultado es un libro de profunda espiritualidad, que puede poner al lector en contacto con lo esencial del cristianismo. Es sin duda, no sólo un medio, sino también una posibilidad de cómo evangelizar por medio de la cultura.

La editorial ha tenido el acierto además de ponerle un precio bastante asequible tanto en la versión de papel como en ebook; lo cual se agradece en tiempos de crisis.
Pero dejemos que el autor nos hable de todo esto en esta entrevista para ReL.

- Le pedí a una amiga que me la dibujara y no solamente ha hecho un trabajo precioso, sino que además, como si fuera un monje medieval, no ha querido que apareciera su nombre, pues el arte religioso es para el culto divino y la oración.

- Más bien todo lo contrario. Si hay un ágora pública hoy en día, esa es internet. Al principio fueron unos comentarios sobre el libreto del Mesías de Händel que fui publicando en mi blog. Y ahora, después de pulirlos un poquito, los he juntado en un libro.
- Porque todo lo que se canta en él son pasajes bíblicos. Esto no es muy frecuente. Casi todo el mundo ha escuchado alguna vez, por lo menos algo, La pasión según S. Mateo de Bach, por poner un ejemplo. Pues bien, en ella, además del texto del evangelio se intercalan intervenciones varias que son obra del libretista. La riqueza principal del oratorio de Händel no es su preciosa creación musical, sino el hecho de que estamos ante una selección únicamente de pasajes bíblicos. La música, en este caso, tiene el valor del marco de un cuadro, por preciosa que sea en sí misma, debería interpretarse para resaltar la palabra divina.

Estos comentarios quieren poner la atención en el centro del oratorio, que no es otro que el Mesías. Por desgracia, casi todos los que lo han escuchado alguna vez desconocen lo que se está cantando.
- Efectivamente, al principio, a modo de introducción, el lector, como si fuera a un concierto, se encuentra con un "Programa de mano". En él, además de unos datos sobre la obra musical, hablo un poco de la belleza y también de la historicidad de Jesucristo. Me parecía importante para que el lector pudiera tener algo del trasfondo sobre el que he ido tejiendo los comentarios.

Pero, como digo al comienzo, esto es algo que uno se puede saltar e ir directamente al comentario. Yo recomendaría que, después de escuchar todo el oratorio, el lector fuera intercalando la audición de cada pasaje con el comentario que a él se hace. Y, como es un concierto, al final hay hasta un bis.

- Lo de la escucha es, desde luego, algo muy bíblico. Por otra parte, hoy se hacen todo tipo de interpretaciones de las obras de arte; en algunas ocasiones, hasta el punto de violentar el original.

Ésta es una lectura cristiana, porque el protagonismo lo tienen los textos bíblicos. Tal vez eso pueda alejar a algún lector alérgico a la religión. Pero, por otra parte, puede ser ocasión para anunciar el evangelio. Si alguien, por ejemplo, tiene un amigo amante de la música que no sea cristiano, puede regalarle un ejemplar. ¿Quién sabe? Quizás, gracias al interés por la música, le dé por enterarse de lo que se está cantando y pueda encontrarse con la esencia del cristianismo.

- La esencia del cristianismo es Jesucristo.