De los 15 nuevos estrenos en EEUU en el primer fin de semana de junio, Cristiada fue la más vista, si exceptuamos la super promocionada Blancanieves, la Leyenda del Cazador, que se estrenaba en 3.780 cines y costó 170 millones de dólares. Por contraste, Cristiada ("For Greater Glory", en inglés) se rodó con unos 12 millones de dólares (la más cara de las que jamás se hayan rodado en México) y se estrenó en sólo 757 salas.

Ese fin de semana venció, por ejemplo, a Los Juegos del Hambre, que aunque llevaba 11 semanas en cartel se exhibía aún en 1.100 cines. No venció a superproducciones estrenadas poco antes como Los Vengadores, Men In Black 3 o Battleship, todas ellas películas con un presupuesto de más de 200 millones de dólares. En la clasificación general, fue la décima más vista del fin de semana.

A los 10 días de su estreno en EEUU, Cristiada ha recaudado ya 3,4 millones de dólares en Estados Unidos y otros 4,1 millones en México. Aún no se ha estrenado en cines de otros países.

La película ha contado con el apoyo entusiasta del arzobispo de Los Ángeles, José Gómez, y de la prensa católica del país, aunque la prensa generalista norteamericana la ha ignorado bastante.

El director de la película, Dean Wright, un protestante asombrado por el coraje y la fe del pueblo católico mexicano en los años 20, explicó a ReL que la película recoge las dudas de muchos mexicanos a la hora de defender su fe ante el ataque violento y constante del Gobierno.

"En México, en los años 20, el Gobierno hacía algo mucho más grave que simplemente restringir el culto católico: confiscaron propiedades de la Iglesia y expulsaron a los clérigos extranjeros y prohibían casi todas las misas. Para los mexicanos la fe era su forma de vida, la parroquia era el centro de la vida en cada pueblo y abundaba la gente de confesión frecuente o comunión diaria. Las protestas al principio fueron pacíficas. Intentaron varias cosas: la desobediencia civil, los boicots a productos del gobierno federal, manifestaciones... Y la reacción de los federales fue enviar tropas a Guadalupe. Las tropas mataron a cien personas en una misa porque era "ilegal". A partir de ahí, era difícil contener la violencia. La película no dice que la violencia sea el camino. Los personajes en la película, como en la vida real, dudan de si hacen lo correcto", explica el cineasta.

Lea la entrevista a Dean Wright sobre Cristiada AQUÍ.

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