Promete ser un todo un bestseller entre los libros religiosos de los últimos tiempos. Al menos es lo que se concluye de la repercusión mediática y las numerosas ventas que en sus escasos días de comercialización se vienen realizando del libro "La vida oculta de la Virgen María" de la beata Ana Catalina Emmerich (Voz de Papel).

José María Sánchez de Toca Catalá es el traductor al español de esta obra de la religiosa estigmatizada del siglo XIX y el protagonista de que sus revelaciones hayan sido conocidas entre el público hispano hablante pues también es el traductor de "La amarga Pasión de Cristo", que recoge las "visiones" de la mística sobre aquel episodio de la vida de Jesús y que sirvieron a Mel Gibson en la realización de la película "La Pasión".

-Como Vd sabe, la fiabilidad se refiere a la persona y la credibilidad al contenido. Ana Catalina era totalmente de fiar porque era extremadamente sincera y carecía de intención de engañar; una mujer sin doblez que contaba lo que veía.
 
Ahora bien, en cuanto al relato de sus visiones, es preciso matizar más, porque no sabemos qué es lo que Brentano entendió de lo que oyó en bajoalemán a Ana Catalina, ni cómo lo anotó. Tengo la impresión que a veces resumió mucho. Tenga en cuenta que escribía de noche a la luz de una vela y mojando en el tintero una pluma de ganso.
 
Tampoco sabemos si hubo pérdidas en las sucesivas ediciones alemanas; yo he encontrado bastantes erratas en la edición de Christiana Verlag, y a todo ello habrá que añadir mis errores, que sin duda habrá a pesar de todas mis revisiones.
 
En cuanto a los criterios externos, las noticias sobre hicsos, medos, esenios, egipcios y antiguas costumbres judías, unas confirman lo que creemos saber, y otras arrojan luz sobre posibilidades insospechadas, y en conjunto confieren mucha verosimilitud y credibilidad al texto. La casita de Éfeso es una buena confirmación arqueológica, pero ya sabe Vd que a su vez plantea otro problema.


-Son muchas preguntas a la vez:

Ana Catalina veía sus visiones como un niño que ojea una Biblia ilustrada, y no les daba el mismo valor que al Evangelio.

Para los demás creyentes, hoy como ayer y como en el futuro estas revelaciones iluminan la fe, encienden la caridad y robustecen la esperanza.

Para el no creyente que sienta interés por el mundo antiguo, Ana Catalina ofrece un panorama fascinante de la vida en la Antigüedad en el Próximo Oriente.
 
- Brentano fue realmente un traductor de Ana Catalina, con todos los problemas, dudas y complejidades que ello implica. Brentano, que era un hombre inteligente y cultísimo, traducía el dialecto germánico de Ana Catalina -una lengua cercana a la holandesa- al artificioso alemán culto de Lutero que se ha convertido en la lengua oficial alemana. Brentano fue muy consciente de su responsabilidad y como todo traductor, pulió y anotó su trabajo una y otra vez pues toda traducción es infinitamente perfectible. Pero las diferencias de estilo de Ana Catalina y de Brentano se ponen de manifiesto si se compara la narración de Ana Catalina con las eruditas notas de Brentano.

-Porque a todos los que amamos nos gusta saber del ser amado, y Ana Catalina nos cuenta de María y de su entorno un montón de cosas que unas veces ni siquiera sospechábamos y otras confirman la tradición, vea por ejemplo lo que dice de los esenios casados, o de las otras hijas de Santa Ana y de dos de sus tres maridos sucesivos. Habrá a quien le moleste la amorosa descripción que hace Ana Catalina de las galas con que la Niña María ingresó en el Templo (olvidando quizá lo que es la primera comunión de la pequeña en cualquier hogar cristiano), pero a muchos nos gusta saber hasta el último detalle de su vida.


-Los Evangelios son muy parcos en hablar de la Virgen, la Cristiandad primitiva quizá temía que los neófitos la tomaran como diosa. Estas revelaciones completan mucho la imagen, con los antepasados de la Virgen, la Inmaculada Concepción, el nacimiento y estancia en el Templo, la boda con José, Nazaret, la Visitación, la Anunciación, el Nacimiento, la adoración de pastores y reyes, la huída a Egipto y el regreso. No narra el papel de la Virgen en la vida publica de Jesús ni en la Pasión, que están en otros libros, y las visiones se reanudan con la estancia en Éfeso, los viajes a Jerusalén, y el Tránsito de la Virgen.

-El texto de la Marienleben afirma sin ambages que María pasó la mayor parte del resto de su vida en Éfeso y que murió allí rodeada de los apóstoles, menos Tomás que llegó tarde. Que la Virgen pasara años en Éfeso encaja bien con lo que suponemos de sus últimos años, pero desde tiempos muy antiguos, la Tradición ha situado el Tránsito de la Virgen en Jerusalén y más concretamente en Getsemaní.
 
Por otra parte, otras místicas, por ejemplo la estigmatizada Teresa Neumann veían el Tránsito de la Virgen en Jerusalén. En otra visión, Ana Catalina ve que Santiago regresa de España, pasa por Éfeso a despedirse de la Virgen y de allí a Jerusalén donde lo decapitan; por tanto no pudo asistir al Tránsito de la Virgen.
 
Dice Ana Catalina que el Cielo no ha querido que se supiera a ciencia cierta donde se produjo la Dormición y el Tránsito de la Virgen. Si Vd cae en la cuenta, en la declaración del dogma de la Asunción ni siquiera se mencionó la palabra muerte, dice "el fin de su existencia terrena". Por lo demás la descripción de cómo el alma de la Virgen no se aguantó más en su santísimo cuerpo, es emocionante:
 
"Entonces vi un cuadro maravillosamente conmovedor. Desapareció el tejado de la celda de María, la lámpara colgaba libremente en el aire, y pude mirar dentro de la Jerusalén celestial como a través del cielo abierto. Bajaron dos superficies de gloria como nubes de luz, en las que aparecían muchas caras de ángeles y entre ellas fluía una vía de luz hasta María. Por encima de María vi una montaña resplandeciente que entró en la Jerusalén celestial, hacia la cual María extendió sus brazos con infinito anhelo, y vi que su cuerpo se levantaba con todos sus envoltorios, tan alto por encima del lecho, que se podía mirar a través por debajo. Vi salir su alma de su cuerpo como una pequeña forma de luz infinitamente pura que ascendía flotando con los brazos alzados por la vía de luz que subía al cielo como una montaña de luz. Los coros de ángeles de las dos nubes se juntaron detrás de su alma y se cerraron separándola de su santo cuerpo, que en ese momento de la separación volvió a caer en el lecho con los brazos cruzados sobre el pecho".

- María no quería que la casaran, pero al final lo aceptó fiándose de la Providencia. José era de la estirpe de David, sufrió la prueba y fue designado; una y otro eran las personas más puras y nobles que ha producido la especie humana.
 
-Sí, es cierto; yo lo supe en los años 70, antes de saber de Ana Catalina. Una monja española de Istanbul, contaba con toda sencillez la historia del hallazgo según la tradición de su comunidad,  como si hubiera ocurrido la semana pasada. Parece que la estuvo buscando un sacerdote con el libro de la edición francesa en la mano. El sacerdote y su acompañante, cansados, sedientos y hartos de buscar, pidieron agua a un labrador, y el labrador le llevó a lo que llamaban en plena Turquía de los sultanes, la Fuente de la Virgen María, que era el sitio descrito por Ana Catalina. A partir de ahí se descubrió todo.

-Pues que la personalidad que se revela a través de sus manifestaciones era infantil, luchadora, sincera, leal, enamoradísima de su Esposo Celestial. Fue trabajadora infatigable, una escrupulosa transmisora de la verdad con una nobleza de espíritu insobornable. Era una mujer encantadora, alegre y nada quejica a pesar de la enfermedad, la invalidez y los dolores atroces. Una mujer que seguramente nos hubiera gustado conocer y tratar.

-Mi impresión, como traductor que se ha pasado muchas horas estudiando ambos textos, es que este original es más primitivo que el de la Amarga Pasión. En la Amarga Pasión, Brentano mismo buscó y extrajo los fragmentos de sus Diarios, era relativamente fácil porque las visiones caían en Semana Santa y estaban agrupadas, y el transcribía sus propios apuntes. En este de María, las visiones están dispersas en muchos días distintos de varios años, y está claro que a Brentano no le dio tiempo a acabarlo ni revisarlo. Especialmente el final revela otro compilador; y me pregunto si no se deberá a ello lo del Tránsito en Éfeso.

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Título: La vida oculta de la Virgen María TiendaLibres
Autor: Ana Catalina Emmerich  
Editorial: Voz de papel  
Páginas: 398 páginas  
Precio 22 euros