A los escritores "serios" les cuesta aceptarlo, porque en Filipinas ya es un éxito vender mil ejemplares de una de sus obras, y las tiradas de partida de Precious Heart Romances, editorial especializada en novelas rosas, son de cinco mil.

Pero si además esos escritores "serios" son progres, entonces ya les llevan los demonios, porque lo que ha conseguido enganchar al público, a tenor de las cifras de ventas, son sus historias: sencillas, directas al corazón, con final feliz... y en plena sintonía con los denominados "valores tradicionales".

Lo destacaba la semana pasada France Press en un reportaje donde daba cuenta del auge de este tipo de literatura en el único país asiático de mayoría católica. "No hay escenas de cama, no hay inmoralidad. No permitimos un final feliz en el que uno de los protagonistas esté casado y el otro no, no pueden acabar juntos", explica Segundo Matías, presidente de Precious Heart Romances y antiguo guionista de cine.

De hecho, el principio rector de esta editorial figura en su frontispicio: "Nuestras novelas refuerzan valores tradicionales como el compromiso". Y ni se les pasa por la cabeza ensalzar la promiscuidad o que estén presentes relaciones homosexuales.

Aunque tienen sus críticos, que las consideran "basura", están sirviendo como instrumento para incrementar el nivel cultural de la sociedad, en un país donde la población lectora está en torno al 22%: "Al menos los más pobres leen", explica Matías, pues son sus principales destinatarios por su bajo precio. Que se corresponde con los escasos emolumentos de los autores, en torno a 100 euros por novela.

Maia Jose es una de las autoras de la editorial, y explica que necesita unas cuatro semanas para escribir cada texto, pero hay compañeros suyos que escriben cien al año. No es demasiado teniendo en cuenta que la marca publica unos cincuenta al mes.


Y todas con un mismo patrón: 128 páginas y final feliz. Están escritas en tagalo y no sólo se venden en islas, sino que también exportan masivamente a Hong Kong y Singapur, donde trabajan muchas mujeres filipinas, público mayoritario de unas obras que "alimentan la fantasía de enamorarse del Sr. Perfecto", como explica la misma publicidad de la editorial.

Precious Heart Romances hace gala de fomentar los "valores cristianos tradicionales", con historias destinadas a agradar a una mayoría católica y a una importante minoría protestante.

Y que están siendo utilizadas por el gobierno para incrementar el nivel cultural de la población. Según Dennis Gonzales, director nacional del Libro, están sirviendo para mejorar el vocabulario y la cultura general de los filipinos, así que apuesta por este tipo de libros, con el que pueden conseguir un objetivo que no sería alcanzable con "alta literatura": "No se compraría en la misma medida", sentencia.

Sobre todo, el éxito del género demuestra que no es preciso degradar el mensaje para agradar a un público amplio. Aunque literariamente carezcan de valor, la influencia social de las novelas rosas "limpias" es bastante bien vista por los creadores de opinión cristianos.