¿Qué hace una cruz de factura murciana de más de 350 años en Maryland (Estados Unidos) a 6.300 kilómetros de su lugar de origen? Es la pregunta que los descubridores del Fuerte de origen inglés de St. Mary´s están tratando de responder después de hallar este "objeto fascinante" para la arqueología el pasado 25 de octubre.

Travis Parno, director de la investigación, afirmó estar "acostumbrado a encontrar artefactos católicos" debido a la fuerte presencia evangelizadora de los españoles por todo América.

Sin embargo, este le sorprendió especialmente debido a la distancia entre el lugar de origen de la cruz y el fuerte de St. Mary´s, una colonia inglesa que se convertiría en una de las primeras localidades del futuro Estados Unidos: tal y como confesó Parno al Washington Post, "cada vez que pensamos que hemos descubierto algo, surgen tres preguntas más".

Y es que "dadas las tensas relaciones entre España e Inglaterra [en aquel entonces]", los arqueólogos descartan que un sacerdote católico español o alguno de esos primeros colonos ingleses fuera su portador.

"Sabemos que la cultura material española, particularmente la religiosa, fue comercializada a lo largo de toda la costa este", explica Parno.

Para el arqueólogo, la hipótesis más probable es que "la cruz fuese dada por los misioneros españoles a un nativo americano y que a través de intercambios llegase hasta Maryland. Si hay un católico interesado en una cruz de Caravaca que lleva un indígena, tal vez pueda ser un intercambio inverso", explica ante la posibilidad de que el objeto español acabase en manos indígenas y posteriormente como propiedad de los colonos.

¿Ortodoxa rusa? ¿Griega? ¿Francesa?

El director de la investigación quedó igualmente sorprendido ante la particular cruz descubierta por la arqueóloga Stephanie Stevens. "Por lo general, si tienes una cruz de doble barra y una barra oblicua en la parte inferior de la cruz lo asocias con los ortodoxos rusos o griegos", pero en este caso faltaba esta última señal.

En un principio, la cruz descubierta desconcertó a los investigadores por su diseño barroco y semejanzas con otras cruces ortodoxas (image de Travis Parno para The Washington Post). 

"Sin esa barra en la parte inferior, [lo único que podíamos pensar era]: ¿De dónde vendría? ¿Quizá una Cruz de Lorena francesa? Esta no coincidía con ninguna, [sus extremos] parecían campanas con un diseño barroco muy ornamentado", explica.

Desorientados, los arqueólogos comenzaron a investigar hasta que dieron con las cruces de Caravaca y descubrieron que, como la recién descubierta, el modo común de realizarlas era con aleación de cobre.

La cruz dispone, además, de un pequeño orificio superior que permitiría llevarla como un colgante, al uso que ya acostumbraban los misioneros y católicos españoles que viajaban a evangelizar América.