«Hay gente pa tó», le dijo El Gallo a José Ortega y Gasset cuando éste, a preguntas del torero sobre a qué se dedicaba, le explicó lo que es la filosofía.

También hay gente pa tó en una comunidad tan vasta, tan diversa y tan rica en personalidades como es el clero católico en todo el mundo, y de cuando en cuando salen a los medios habilidades específicas de los sacerdotes ajenas a su labor principal: el culto divino y el servicio a los demás.

Es el caso de Dominick Fullam, vicario general de la diócesis de Biloxi (Mississippi), quien a sus 43 años ha visto renacer su más temprana vocación: dibujante de tiras cómicas. Algo habrá influido también haber vivido muy de cerca el dolor y la tragedia: durante los tres años que siguieron al huracán Katrina, trabajó intensamente en la reconstrucción de la zona como coordinador de los esfuerzos diocesanos para aliviar el desastre que anegó la cercana ciudad de Nueva Orleáns.
 


La semilla de su renacida pasión la puso una señora que, en el aeropuerto de Atlanta, alabó un dibujo que estaba haciendo en su iPad con la única finalidad de entretenerse, y que le preguntó si se ganaba la vida con ello. Despertado el gusanillo, nadie ha podido pararlo, y Fullam ha procurado desde entonces dar a conocer sus chistes alimentando un blog con ellos, Off by a Mile.

En cualquier caso, esta afición no le robará un tiempo que su trabajo no le concede: «Tengo mis responsabilidades, y aunque me gusta el proceso creativo, no creo que me gustase tanto tener que estrujarme los sesos regularmente», confiesa a Catholic News Agency. Pero sí ve una utilidad a su esfuerzo: «La risa es un regalo de Dios que el mundo debería utilizar para una diversión más limpia».

A él no le faltan ni maestría en el dibujo ni sentido del humor. «En el colegio soñaba con ser un superhéroe cuando fuera mayor, Batman en particular. Al final el sueño no se cumplió... pero al menos visto de negro todos los días y combato el mal», confiesa en su perfil de Facebook como desenfadada definición de su tarea sacerdotal.