Año del Señor 2021
24 de abril
 
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 
 
POR UNA MIRADA 
 
Ayer, viernes, como vinimos compartiendo estos días, fue el traslado de celda de Joane, del Noviciado a Comunidad. 
 
Fue un día precioso, lleno de alegría. Durante la Eucaristía, ella hizo su renovación de votos y, después de un desayuno especial, nos fuimos a su nueva celda, a bendecirla y a verla toda la Comunidad. 
 
Me hizo mucha gracia, porque ella nos regaló a cada una un papel donde se ofrecía para cualquier cosa que podamos necesitarla, y nos indicaba cómo encontrarla: para identificar su celda, solo teníamos que contar. Sí, contar, porque es “la séptima puerta desde la campana”. 
 
Y es que es cierto, es un pasillo larguísimo en forma de L, donde todas las puertas son iguales, y hay que buscarse mañas para saber diferenciar de quién es cada puerta. Aquello de contar era un buen truco, y también hay otro que también es inconfundible: el distintivo que cada una pone en su puerta. 
 
Sí, porque muchas tienen algo colgado por fuera: un detente, un San Martín, un Cristo... y, para mí, es la forma más fácil de saber quién vive dentro. Lo que cuelga la hermana por fuera es algo que la identifica, que te da la bienvenida, que es importante para ella...
 
Pues así como la puerta habla de lo que se vive dentro, así nuestro rostro habla de lo que llevamos en el corazón. Con la cara expresamos mucho más de lo que nos creemos, lo que sucede es que, como nosotros normalmente no nos vemos a nosotros mismos, no nos damos cuenta de hasta qué punto la cara habla por sí sola. 
 
Muchas veces me pregunto en la oración cómo es el rostro de Cristo, y siempre lo veo con una mirada que te conoce, pero por la que no te sientes acusado, sino plenamente amado; un rostro lleno de Paz, que transmite fortaleza y seguridad al que se siente mirado por Él; alegre, muy alegre, y a la vez sereno. Jesús, con solo una mirada, transforma vidas, como la de Mateo, o la de la mujer adúltera que pusieron a Sus pies... 
 
Y es que siento que solo una mirada suya llega hasta lo más hondo. Porque, si una mirada de complicidad nos puede girar el día para bien, ¡cuánto más Su mirada sobre nosotros!
 
Hoy el reto del amor es mirar con complicidad a tres personas. Hoy en día, que los rostros están semi cubiertos, más que nunca se ha vuelto esencial la mirada. Que con tus ojos puedas expresar hacia fuera un poco de la Vida que Él te regala por dentro.  
 
VIVE DE CRISTO
 
¡Feliz día!
 
©Producciones es El- Vive de Cristo (Dominicas Lerma)

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