Año del Señor 2022
3 de octubre
 
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 
 
A TIEMPO 
 
Llevo un reloj con correa de plástico. La verdad es que estoy muy contenta con él, lo único malo es que la correa se me parte con facilísima facilidad. Hasta ahora he ido consiguiendo repuestos, pero resulta que este modelo ya se considera “desfasado”… ¡y no venden más! 
 
Total, que la correa que llevo ahora mismo es la última. Imagina el mimo con que la cuido. Bueno, pues no ha sido suficiente: el otro día descubrí que se está empezando a rajar. 
 
¡Menudo disgusto me llevé! Ciertamente, es una minucia, casi ni se aprecia, pero ya me conozco yo cómo termina el asunto… 
 
Sin embargo, justo en ese momento, tuve una idea: ¿y si la pego? 
 
Enganché el pegamento instantáneo más potente que tenía y eché una gotita en la zona dañada. ¡Y parece que ha funcionado! 
 
Igual la clave ha sido precisamente el descubrirlo “a tiempo”, cuando aún era un roto minúsculo. ¡Así era fácil de arreglar! 
 
Lo mismo nos sucede en nuestro día a día. Comenzamos la jornada con nuestro corazón intacto, pero, ¿cómo terminamos? ¿Llenos de roturas? 
 
La solución no es meterse en una burbuja de cristal para evitar que nadie nos hiera… ¡¡el Señor nos quiere atrevidos, misioneros!! ¡Él nos envía al mundo! Pero su envío va acompañado de su promesa: “Id al mundo entero… yo estoy con vosotros”. 
 
Jesús sanaba a todo el que se acercaba a Él. Y ahora sigue actuando igual que entonces. La clave está… ¡¡en parar con Él ante cualquier rasguño!! 
 
Tal vez no damos importancia a las roturas diminutas, a esa falta de paz, al pequeño malestar que te ha dejado esa palabra… Nos repetimos que “no es para tanto” y tratamos de continuar, pero sucede como con la correa de mi reloj: una fisura pequeña, ¡puede acabar partiendo la correa! 
 
Hoy el reto del amor es que hagas una parada a mitad de tu jornada. Te invito a que programes un momento en medio de tu día, ¡ponte una alarma si quieres! Detente con el Señor para comprobar si hay algún roto en tu corazón, por pequeño que sea, ¡y aprovecha a repararlo antes de que se haga más grande! Pedir perdón, dedicar un rato a esa persona, hacer una llamada… Te aseguro que, esta parada con Él, ¡hará que termines de otra manera tu jornada! ¡Feliz día! 
 
VIVE DE CRISTO
 
 
¡Feliz día!
 
 
©Producciones es El- Vive de Cristo (Dominicas Lerma)

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