Y me dirán Vds... ¿pero Sr. mío, si Stefan Zweig murió en 1942, para más señas un 22 de febrero, y Zapatero no había entonces ni nacido? Y bien, de no ser así, ¿de quien escribió el extraordinario escritor judío nacido en Austria, autor de algunas de las obras maestras del s. XX tales como El mundo de ayer, Fouché, o La impaciencia del corazón, estas palabras? Anoten, anoten:
 
            “Durante años [el destino] se convierte en el esclavo servil y sumiso de un solo hombre –César, Alejandro Magno, Napoleón- pues ama al hombre elemental, que se asemeja a él, incontenible elemento. Pero a veces, en contadísimas ocasiones a lo largo de todos los tiempos, llevado por un peregrino humor se echa a los pies de algún indolente. A veces, y éstos son los momentos más asombrosos en la historia universal, el hilo de la fatalidad cae durante una fracción de segundo en unas manos por completo incompetentes. Ante el embate de la responsabilidad, que les introduce de lleno en el heroico juego de fuerzas cósmicas, tales hombres, más que afortunados, se sienten estremecidos, y casi siempre dejan que el destino que les ha caído encima se les escape entre las manos temblorosas”.
 
            ¿De quíen, díganme Vds., de quien están escritas estas palabras sino de ZP?
 
            No quede yo por mentiroso inventándome citas que no han sido escritas. Lean Vds. de Stefan Zweig su obra más conocida, Momentos estelares de la Humanidad, y en la página 139 de la bonita edición realizada por El Acantilado la encuentran.
 
            Lo que por desgracia no dice Zweig, es por cuanto tiempo duran este tipo de malditas constelaciones. Seguiré leyendo y si encuentro alguna clave, en un futuro artículo se la cuento. Prometido. Aunque no se hagan Vds. ilusiones...