«Estaba Diógenes comiendo lentejas, cuando le vio el filósofo Aristipo, quien le dijo:

-- "Si aprendieras a ser sumiso al rey, no tendrías que comer lentejas".

A lo que Diógenes replicó:

-- "Si hubieras tú aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al rey"»


Muchos "biempensantes", instalados en el sistema, están prisioneros de los pesebres que proporciona el mismo, y sacrifican sus ideales por egoísmo o, lo que es peor, por cobardía y miedo a perder su posición, social o económica.

En muchas ocasiones son los responsables por omisión de leyes criminales y de situaciones contra la dignidad del hombre

Su complicidad es decisiva en dos cuestiones:

Mantener legislaciones abominables, formando parte de los partidos que perpetran las leyes y administran sus consecuencias

Tener secuestrada una parte de la opinión pública (y el comportamiento electoral de la misma) evitando que ésta se movilice para buscar otras alternativas políticas que defienden los valores y principios del derecho natural

Pero fuera de las estructuras partitocráticas (y sus privilegios) hace mucho frio y hay que comer lentejas pagadas por uno mismo