Nuestro título, a simple vista, es una contradicción. Algo imposible de mezclar, tipo el agua y el aceite; pues ¿acaso no es el secularismo, el olvido de Dios, nuestro principal problema como creyentes en pleno siglo XXI? Sin duda, más que un motivo de mera preocupación es un reto y, por lo mismo, algo que abordar de modo asertivo. Cuando preguntamos ¿qué hay de cristiano en el secularismo? Queremos, en realidad, decir, ¿cuáles son las puertas abiertas, a través de las cuales, podemos llevar la propuesta del Evangelio en medio del paradigma actual? Salta a la vista una: los voluntariados. En muchas sociedades secularizadas, tienen buena respuesta, porque aunque no lo hacen pensando en la virtud de la caridad, sienten el compromiso de la solidaridad. Tomando en cuenta que la Iglesia tiene muchas experiencias de soporte en zonas marginadas, ¿no sería una puerta para construir un puente entre Dios y la sociedad actual, una oportunidad de conocer a la Iglesia más allá de los lamentables escándalos que hoy la sacuden? Pensamos que sí.

Frente al secularismo, invitar a Misa es clave, pero si los demás están aún cerrados, lo mejor, antes de intentar acercarlos a los sacramentos, es ofrecerles un espacio que encaje más con su perfil. Los voluntariados, no pretenden licuar la experiencia de Dios o dejarla en un segundo plano, sino ser el comienzo de algo más. De momento, no aceptarán la fe, pero el ayudar sí, de modo que puede ser un medio para alcanzar el fin de todo el proceso de evangelización que es abrir el camino hacia el bautismo, no como imposición, sino a través del contagio, del hecho de constatar el ser y quehacer de la Iglesia, aclarando los puntos que resultan desconocidos acerca de su tarea.

¿Un ateo puede ser voluntario en un grupo católico? Si. Desde luego, en tareas que no involucren actividades de pastoral, pues ello implica practicar la fe; sin embargo, mientras respeten la identidad cristiana del espacio, pueden apoyar eficazmente en una gama importante de opciones que les ayudarán a crecer desde el punto de vista del humanismo integral.

Otro ámbito del secularismo en el que puede hacer “clic” el cristianismo es el interés creciente por las obras de arte. Muchas de las cuales, pertenecen a la Iglesia. En primer lugar, buscarán a Miguel Ángel, pero ¿contemplar “La Piedad” no podría llevarlos a considerar mejor el misterio de Dios y vivir los sacramentos? La sociedad secularizada tiene elementos que podemos aprovechar y purificar, en el sentido de ver con qué aspectos contamos y trabajarlos. Se trata de asumir que el mundo ha cambiado, pero que el cristianismo tiene la capacidad de adaptarse a las diferentes épocas sin perder o negociar su esencia.