Hoy es la Virgen del Carmen y en muchos lugares de España se saca esta imagen en procesión por el mar. Me gusta pensar que le dan un paseo en barco a la Virgen.

La Virgen María es una sola, la Madre de Jesús y Madre nuestra pero a lo largo del tiempo se ha mostrado a muchas personas vestida de distinta forma y con distintos mensajes, por eso la llamamos con distintos nombres que son las advocaciones de la Virgen: Virgen del Carmen, del Rosario, de Guadalupe, del Rocío, de la Esperanza, etc.

La Virgen del Carmen toma su nombre del Monte Carmelo, que está en Tierra Santa, cerca del Mar de Galilea.  En el Primer Libro de los Reyes se cuenta que hubo una gran sequía en Israel y se ofrecieron sacrificios en el Monte Carmelo para que terminara pero el pueblo se había alejado de Dios y adoraba al dios Baal. El profeta Elías prometió a Yahvé que tanto el rey Ajab como su pueblo abandonarían el culto a Baal y volverían a Él si terminaba con la sequía. Después de que Elías subiera al monte nada menos que 7 veces apareció una señal:   "A la séptima vez dijo: «Hay una nube como la palma de un hombre, que sube del mar.» Poco a poco se fue oscureciendo el cielo por las nubes y el viento y se produjo gran lluvia." 1 Reyes 18,44-45

El relato del “duelo” entre Elías y los profetas de Baal es digno de leerse: 1 Reyes 18, 1-46. Me hubiera encantado ver cómo Dios encendió la hoguera después de toda el agua que se derramó sobre la ofrenda.

 

 

Desde entonces el Monte Carmelo es un lugar sagrado y al cabo del tiempo se establecieron allí ermitaños que se dedicaban a la oración y la penitencia e invocaban a la Virgen con el nombre de Virgen del Monte Carmelo.  Al pasar los siglos se les llamó “carmelitas”.

En el S. XIII el Patriarca Latino de Jerusalén, delegado del Papa en Tierra Santa, les pidió que pusieran orden a su forma de vida y de este modo nació la orden religiosa de los Padres Carmelitas, que se extendió por todo el mundo en su rama masculina y femenina.  En el S. XVI Santa Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia, emprende la reforma del Carmelo descalzo reimpulsando el espíritu de su regla original de oración y clausura.

El mensaje de la Virgen del Carmen es este: el 16 de Julio de 1251, San Simón Stock, superior general de los carmelitas de Cambridge, Inglaterra, estaba rezando por el destino de su orden cuando se le apareció la Virgen María vestida con el hábito carmelita. Llevaba al Niño Jesús en brazos y el escapulario en la mano. Se lo entregó con estas palabras: “Recibe hijo mío este Escapulario de tu orden, que será de hoy en adelante señal de mi confraternidad, privilegio para ti y para todos los que lo vistan. Quien muriese con él, no padecerá el fuego eterno. Es una señal de salvación, amparo en los peligros del cuerpo y del alma, alianza de paz y pacto sempiterno”.

 

No estoy muy segura de por qué es la patrona de los marineros ni por qué se la llama Estrella de los Mares, Stella Maris. Puede que tenga que ver con la nubecilla que vio el profeta Elías y que trajo la lluvia que puso fin a la sequía.

La verdad es que la imagen de la Virgen del Carmen no es de las que más devoción me inspiran pero el nombre de Carmen me encanta, me suena muy dulce y me invita a acercarme a mi Madre y apoyarme en su regazo.

En las fiestas de la Virgen me gusta ser especialmente cariñosa con Ella, encender una vela ante su imagen, hacerle más caso durante el día, hacer mi oración pensando en Ella y cómo no, cantarle canciones.

Hoy traigo esta: Quién pudiera ser, de la Fraternidad Seglar en el Corazón de Cristo, que no necesita comentario porque toda ella es un comentario acerca de la figura de María. La música y las voces son preciosas y me ayudan a rezar y ver cuántas cosas debo cambiar en mí para parecerme a Ella.

Toda la canción es una alabanza, cada frase expresa un rasgo de su personalidad o de su vida y el deseo sincero de tener su misma actitud: generosidad absoluta con Dios, disponibilidad sin límites a Su voluntad, fidelidad, confianza, entrega… ¡todo un plan de santidad!

Cierra los ojos y escúchala despacio, con el corazón, y dile con todo tu ser: Quién pudiera ser como Tú, María.

COMO TÚ, MARÍA (Fraternidad Seglar en el Corazón de Cristo-FSCC)

Quién pudiera ser, como Tú María,
un océano limpio en el que Dios se mira.
Quién pudiera ser, como Tú María,
entre todas llamada la mujer bendita.

Quién pudiera ser, como Tú María,
Virgen, Madre de Dios, la que nos dio la vida.
Quién pudiera ser, como Tú María,
la esclava del Señor a sus pies rendida.

Quién pudiera ser, como Tú María,
corazón de fuego con alma de niña.
Quién pudiera ser, como Tú María,
hostia inmaculada de Dios escogida.

Quién pudiera ser, como Tú María,
y en el gozo y dolor decir sí cada día.
Quién pudiera ser, como Tú María,
toda la creación te canta agradecida.

Yo quisiera ser, como Tú María,
estar lleno de Dios y darlo sin medida.
Yo quisiera ser, como Tú María,
llamarada de gracia y hoguera encendida.

Yo quisiera ser, como Tú María,
cógeme de la mano que me perdería.
Yo quisiera ser, como Tú María,
el consuelo de Dios y su gran alegría.

Yo quisiera ser, como Tú María.
Yo quisiera ser, como Tú María