Año del Señor 2019
22 de junio
 
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 
 
PELUQUERÍA DE ALTO RIESGO 
 
Admito que al coger la tijera, se me puso un nudo en el estómago. Había leído mucho, ¡muchísimo!, sobre cómo hay que hacer en estos casos... pero, llegado el momento, me asaltaban dudas. Sin embargo, las instrucciones eran claras. Había que hacerlo. 
 
Si tuviese que cortar el pelo a una persona o a un animal, no me supondría nada. Pero no se trataba de eso, sino de... ¡¡cortar las hojas de mi bonsai!! 
 
Me lo regalaron cuando pasé a Comunidad, y le tengo mucho cariño. He leído bastante sobre cómo cuidarlo, y los expertos insisten en la importancia de “deforliar”, es decir, ¡cortar TODAS las hojas! Si sale bien, el arbolito se sanea y fortalece. El problema es que, si sale mal... en fin, puede salir MUY mal. 
 
En la introducción del manual, el autor se pone algo nervioso y no deja de insistir: “¡¡No hagas nada que no entiendas!! ¡Comprende el proceso antes de tocar tu bonsai!” 
 
Y, sí, entenderlo, es muy fácil... Yo la lógica del proceso la capto perfectamente, pero, cuando iban cayendo las hojas de mi arbolito, ¡ay!, ¡parece que la lógica hacía aguas! Una cosa es entender, ¡y otra tener la tijera en la mano! 
 
Realmente, entender no lo es todo. Ahora es cuando estoy aprendiendo de verdad cómo es el proceso: ¡viviéndolo! 
 
Igual pasa entre nosotros. Podemos conocer un poco de alguien por lo que nos cuentan, o viendo una foto... pero no tiene nada que ver a conocerle en persona. 
 
¡Y lo mismo sucede con Jesucristo! Podemos conocer mucho sobre Él, estudiar mucho sobre Él... ¡pero lo fundamental es conocerle a Él en persona! 
 
El conocimiento solo no cambia la realidad, es el encuentro, la vivencia, lo que nos transforma. Y, en el caso de Jesucristo, para seguirle no es necesario entenderlo todo, ¡basta con confiar por encima de todo! 
 
Hoy el reto del amor es ponerse en manos de Jesucristo. ¡Él sí que sabe lo que hace! Pero es un caballero, noble y digno. No hará nada si tú no le das permiso para obrar en tu vida. Te invito a que hoy pongas tu jornada en sus manos, y le des permiso para hacer lo que quiera. Tal vez pode hojas, o abone tu suelo, o quizá te mueva a una zona de más luz... Haga lo que haga, confía en Él: ¡está sacando tu mejor versión! ¡Feliz día! 
 
VIVE DE CRISTO 
 
(Pd: En unas semanas espero hacer un reto sobre el renacer de la vida en mi bonsai...)
 
 
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¡Feliz día!
 
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