Uno de los países hispanoamericanos mejor dotados por la naturaleza de riqueza en su subsuelo y con posibilidades magníficas de futuro, camina imparable hacia su ruina moral y material. Los datos hablan mejor que las palabras: “El país se desangra. 44 muertos al día en Caracas, la ciudad más violenta del planeta”.”Se encuentra al borde del colapso energético y económico”(La Razón 11/ 2 ).Todo este triste panorama es debido al régimen bolivariano del histriónico caudillo Hugo Chávez, que al modo populista va arrastrando  a los venezolanos a otra dictadura castrista. Chávez es de sobra conocido globalmente por sus posturas, discursos y gestos megalómanos, propios de un paranoico. Es otro Nerón actual, puro estilo nazi, que secundado por la férrea disciplina de su único partido, lleva a Venezuela al abismo,  con una pobreza que ronda el 60% de población a la que se suma la crisis económica e institucional. Pobre Venezuela, en manos de tan nefasto personaje, de cuya amistad se honran algunos de nuestros dirigentes actuales del Gobierno.  Evitemos el contagio en lo posible.