Ante las declaraciones de Monseñor Agrelo sobre el aborto y su moralidad desde Spei Mater, asociación de la Iglesia en defensa de la vida y de la dignidad de la persona, creemos que es necesario clarificar, para bien del pueblo creyente, algunos puntos fundamentales.

 

La opinión de un obispo no es Magisterio de la Iglesia, por lo que lo que Mons. Agrelo diga es su opinión y en cuanto contraria al Magisterio debe de ser desautorizada.

 

El aborto siempre es inmoral, matar siempre es inmoral: quinto mandamiento “no matarás”. El aborto como eliminación deliberada de una vida humana es siempre gravemente inmoral y contrario al Evangelio. No hay duda ninguna al respecto ni la ha habido desde el comienzo de la Iglesia y no hay excepciones.

 

La segunda cuestión en la cual está en contra del magisterio es decir que no se puede juzgar si una persona que ha abortado ha realizado un acto inmoral. Confunde aquí Monseñor el acto y la persona, el pecado y el pecador. Nosotros no debemos juzgar al pecador puesto que nadie conoce su corazón y sus intenciones, pero si debemos juzgar el acto en si, y el acto es siempre como hemos dicho gravemente inmoral y jamás es justificable.

 

La Iglesia no sólo tiene el derecho sino el deber de advertir de la gravedad del aborto, no sólo en defensa del niño por nacer sino por el bien de la madre, que a menudo, engañada por una sociedad donde se trivializa el aborto, es abocada a esta opción forzadamente y sin conocer su importancia y sus consecuencias. Y más aun, por el bien no sólo de la madre, sino del padre, abuelos, hermanos… y otros familiares del niño, por el bien del personal sanitario que a menudo se ve forzado a quitar vidas en vez de protegerlas como es su juramento y de la sociedad en su conjunto enferma y enloquecida.

 

 

Finalmente, también es obligación de la Iglesia seguir defendiendo valientemente, como siempre lo ha hecho la vida y la dignidad de todas las personas desde su concepción hasta su muerte natural.

 

Monseñor Agrelo, dice usted de si mismo “hasta un ignorante como yo “ y con todos mis respetos pienso que en este tema si que lo es. Un aborto no es bueno para nadie, un aborto mata un niño por nacer, un bebé humano hecho a imagen y semejanza de Dios, cuyo derecho a vivir esta siempre por encima de cualquier deseo de la madre, del padre o de cualquier otro.

 

Pero, además, nosotros que atendemos a las victimas del aborto en Proyecto Raquel y a las personas que se encuentran ante un embarazo en dificultad en Proyecto Ángel nos damos cuenta de la devastación y muerte que trae consigo el aborto, que destroza a todos los que participan en el y no soluciona ningún problema sino que siempre lo empeora. Solo la Misericordia de Dios es capaz de restaurar a esas personas y a sus familias y solo la Misericordia podrá restaurar este sociedad.

 

El aborto es la mayor plaga y el mayor genocidio de la historia de la humanidad, no se puede trivializar, no se puede justificar, no es un mal menor, es siempre el mal mayor.