Año del Señor 2018
9 de junio

Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

FLORES Y ESPINAS

Este año, en primavera, he dedicado un tiempo a poner todos los cactus en su nuevo sitio: una jardinera grande de tres pisos. 

La verdad es que les tenía un poco medio muertos, y eso que los cactus son “a prueba de bomba”... 

Mientras les transplantaba, me di cuenta de lo difícil que es tratarles, porque siempre te llevas algún pinchazo. Pero, siempre me han gustado estas plantas tan peculiares, especialmente cuando florecen... ¡que suele ser de manera inesperada! 

La floración de los cactus es un misterio: unos lo hacen por la noche, en ausencia de luz; otros, por el día, impulsados precisamente por la luz abundante. Algunos florecen todos los años; otros, en cambio, lo hacen cada 15 años. Existen cactus que florecen en invierno; otros, en primavera u otoño. Y algunos no dan su primera flor hasta que la planta a alcanzado un grado de madurez muy elevado, lo que supone unos 10 años de vida o más.

Imagina cuál fue hoy mi sorpresa al descubrir... ¡que uno de los cactus está floreciendo! Es tal el asombroso misterio que encierra, que no puedes por menos que pararte un rato a contemplarlo. 

Es curioso el cactus florecido... Si lo miro con los ojos, me parece de una belleza y un misterio impresionante, pero si lo toco con las manos, resulta ser la cosa más desagradable, ya que me agrede (¡y encima me llevo la pua conmigo, de recuerdo!). Por tanto, dependiendo del sentido con que me acerque a él, así será el resultado: alegría o enfado. 

Estos días que estamos de Ejercicios Espirituales, al padre dominico que nos acompaña no se le cae de la boca el nombre de Jesucristo: solo hace que hablarnos de Cristo y de su amor, desde distintos puntos de vista. A mí me venía a la cabeza mi cactus y las diferentes maneras de tratarle. 

Jesús, cuando se acerca a nosotros, a ninguno nos trata igual: te trata personalmente, según lo que necesitas en cada momento. Unas veces te mira; otras, te tocará; otras te regará. Su trato siempre es único. Porque única es su entrega en la cruz por ti, único es su amor por ti, solo por ti muere y resucita, para que tú puedas ser liberado de toda espina de muerte y tener vida. 

Jesús es muy paciente, sabe dar tiempo... pero nosotros no sabemos esperar el tiempo de cada persona. Nos cuesta descubrir que uno dará flor por la mañana; otro, por la tarde; otro, después de 15 años, cuando esté maduro. La impaciencia llama a nuestra puerta, y lo queremos todo aquí y ahora. Pero cuando hablamos de algo tan grande como es el milagro de que nazca vida y belleza donde solo hay espinas... realmente necesita mucho cuidado y tiempo. 

Hoy el reto del amor es ser paciente con la persona que más quieres, con ese defecto que te gustaría que cambiara ya, pero que se repite una y otra vez. Pídele a Jesús que ilumine a esa persona, y pídele que te haga entender a ti que el tiempo de Dios no es tu tiempo. Confía en Él y descansa. Si no desfalleces... verás maravillas. 

VIVE DE CRISTO 


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¡Feliz día!

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