Nuestra sociedad posmoderna, adolece de un déficit de facultad intelectual. No se piensa, no se enseña a pensar, nos dejamos llevar por la corriente de lo fácil, lo placentero, lo que no supone esfuerzo. Esperamos a que todo nos lo den hecho. Estamos deslumbrados por lo bonito, la imagen, los modernos medios de comunicación, internet… Algunos dicen: “Para que estudiar si todo lo tenemos a un golpe de tecla en nuestro ordenador, en nuestra Tablet”. Y nos refugiamos en la memoria irreflexiva, y soltamos lo archivado como si fuéramos una simple grabadora. Hemos perdido el hábito de pensar. Muchos ni siquiera han llegado a adquirirlo. Nos aturde el ruido, nos guían los eslóganes. En el célebre mayo francés del 68 se marcó  una pauta a seguir por los que no quieren someterse al esfuerzo del pensamiento. Y miles de jóvenes se dejaron llevar. Estos eran los eslóganes:
  1. La imaginación al poder
  2. Prohibido prohibir. La libertad comienza por una prohibición
  3. Nosotros somos el poder
  4. Rompamos los viejos engranajes
  5. Seamos realistas, pidamos lo imposible
  6. Bajo el empedrado está la playa
  7. Vota. Yo haré el resto
  8. Prensa. No consumir
  9. Vuelta a la normalidad
 
Resultado de imagen de mayo del 68

Hay que pensar. No esperemos que todo nos lo den masticado
 Luis Ángel Rios nos advierte lo siguiente:
Los filósofos enseñan a pensar
 
Muchos (entre ellos el filósofo Miguel Ángel Ruiz García) se preguntan qué pueden decir y enseñar los filósofos grecorromanos (yo agregaría que todos los filósofos que han existido) a individuos que vivimos en sociedades cuyas dinámicas están condicionadas, entre otras cosas, por la cultura del consumo, la inseguridad afectiva, el miedo a no ser reconocido y a ser excluidos, la incertidumbre frente al futuro, la precariedad laboral, la velocidad de nuestras rutinas, la maleabilidad de nuestras creencias y en general, el carácter accidental y efímero de nuestras experiencias y acciones. ¡Claro que los filósofos de todos los tiempos pueden "decir y enseñar"! Los filósofos, como conciencia crítica de su época, disponen de construcciones teóricas que nos permiten replantear nuestra realidad para repensarla y reconstruirla en procura de un mundo mejor, empezando con nuestro mundo personal, individual, para así, de esta manera, poder repensar y reconstruir nuestro mundo colectivo. Si desarrollamos y fortalecemos nuestro sentido crítico, si somos capaces de pensar por nosotros mismos, será una tarea posible de ejecutar, así no sea nada sencilla ni fácil; todo lo que atañe a las transformaciones, a las revoluciones, son un quehacer que no es fácil para el ser humano y que implica arriesgados esfuerzos y denodados compromisos. "En una postmodernidad como la nuestra, donde el esfuerzo y la voluntad parecen estar perdiendo la batalla frente al facilismo, la sabiduría antigua llega como un soplo refrescante y una forma de retomar el camino perdido". Pero para que la filosofía antigua, la "sabiduría antigua", sirva para afrontar la problemática actual, según el filósofo Pierre Hadot (citado por Riso), "es respetando su esencia y su significado profundo, sin perder de vista los nuevos condicionamientos históricos (http://www.monografias.com)
 
            Decídete a pensar, guiado por los que saben más que nosotros. Los pensadores, los verdaderos maestros, son los médicos de nuestro espíritu.