Hemos olvidado el corazón, como si sólo fuera un símbolo de debilidad, un lugar de sentimentalismo y de emociones subjetivas, en vez de percibirlo como fuente de vida, como una fuerza capaz de romper nuestro egocentrismo, de ayudarnos a crecer, a abrirnos a los demás y a revelarnos la belleza fundamental de la humanidad.

ACOGER NUESTRA HUMANIDAD

Jean Vanier