LA RELIGIÓN FAVORECE A LA SOCIEDAD

Miriam Díez Bosch publico en Aleteia hace un año un interesante artículo, basado en la entrevista a un profesor de la Universidad De Yale. Debido a su interés lo traigo al Blog, con el convencimiento de que el hombre, la sociedad, necesita la religión.

Hablamos con Miroslav Volf de la Universidad de Yale

Yale es una universidad encantadora, que a más de uno le recordará el escenario de Harry Potter. En este prestigioso centro universitario de Estados Unidos no sólo se estudian carreras típicas como Derecho. También se cursa Teología y se dedican dólares y dólares a investigar qué papel tiene la religión en el mundo globalizado.

Miroslav Volf, ganador del Premio en Religión Louisville Grawemeyer y director y fundador del Yale Center for Faith and Culture nos recibe en su despacho en Yale para hablar del papel de la fe en la vida pública. Volf, croato de origen, está convencido que la globalización es una enorme oportunidad para las religiones, y en especial para la visión cristiana de la vida.

En su libro en inglés “Flourishing. Why we need religion in a Globalized World”, (Floreciendo. Por qué necesitamos la religión en un mundo globalizado), editado por Yale University Press, este profesor y teólogo defiende la buena vida y cree que en la buena vida las religiones juegan un papel determinante.

Para Volf, lejos de ser una “plaga para la humanidad”, las religiones son portadoras de visiones de florecimiento para la humanidad.

Para él, las religiones no están separadas del proceso de globalización. Aunque para mucha gente la religión parece que está fuera del mundo, él sostiene que las religiones del mundo son parte de la dinámica de la globalización y la globalización es parte de las dinámicas de las religiones, de su articulación moral y doctrinal, de su formación cultural y política y de su diseminación misionera y intergeneracional.

“La globalización pasa a través de las religiones y las religiones están dentro de la globalización”, defiende.

Las religiones no son un problema

Miroslav Volf es profesor de Religión y Globalización, y se encuentra a menudo con estudiantes que le preguntan por las convicciones no religiosas. Él se centra en el papel de la religión, que define como un problema global que requiere atención, pero no sólo como un problema. Las religiones no son un problema y ya está: son una parte “indispensable” de la solución, argumenta.

La globalización en clave cristiana: ¿es buena?

“Como cristiano, que cree en Jesucristo como medida de la auténtica humanidad, la encarnación del amor para Dios y el prójimo, mi visión de la globalización es la siguiente: es buena si me ayuda a mi y a los otros a participar en el carácter y la misión de Jesucristo, y es deficiente si no me ayuda”.

Volf sostiene que viviendo sólo para “realidades mundanas” nos lleva a “un mundo de competitividad, injusticia social y destrucción del entorno y además es un obstáculo para una vida más justa, generosa, acogedora y con sentido social”. Este profesor de Yale sintetiza su pensamiento en varias tesis:

Tesis sobre la globalización y las religiones:

El profesor Volf es el investigador principal de un proyecto de Yale financiado por la Fundación Templeton en la que se estudia la teología de la alegría y la búsqueda de la buena vida.

 

            Podemos resumir diciendo que la Religión, sobre todo la cristiana católica, ayuda al hombre a estar injertado en la sociedad, a preocuparse de los problemas humanos, a intentar favorecer la fraternidad, a buscar la paz y, sobre todo, a amar a Dios y al prójimo, buscando siempre el bien común.

            La Cuaresma, incluso desde la perspectiva social, es un bien si nos la tomamos en serio, ya que nos abre la mente y el corazón a una dimensión trascendente, recuperando los valores perdidos.