El papa Francisco ha anunciado que creará cardenales al arzobispo español Luis Francisco Ladaria, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y al misionero claretiano Aquilino Bocos Merino. Los dos españoles recibirán la púrpura junto a otros 12 prelados en el consistorio que tendrá lugar el próximo 29 de junio, ha anunciado el Papa tras el rezo del "Regina Coeli". Bajo estas líneas, el nuevo Cardenal Bocos, el 25 de enero de 1993, con Santa Teresa de Calcuta.
 


CARDENAL AQUILINO BOCOS MERINO, CMF

El padre Aquilino nació en Canillas de Esgueva (Valladolid) el 17 de mayo de  1938. Profesó en 1956 en la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, popularmente conocidos como claretianos (en latín: Cordis Mariæ Filius, CMF). Recibió la ordenación sacerdotal en 1963. Realizó estudios superiores en filosofía, psicología y teología de la vida reli-giosa. Director espiritual de los misioneros Maronitas (1964-1967) y de los estudiantes de teología Claretianos (1967-73). Docente en centros superiores de la Con-gregación Claretiana. Superior local, provincial de Castilla (1980-1985), presidente de la FERE (1981-1985) consejero general (1985-1991), superior general de los Claretianos (1991-2003); reelegido por cuatro trienios como miembro del Consejo de la Unión de Superiores Generales (1991-2003). Participó en la XI asamblea del Sínodo de los Obispos (2002). Autor de decenas de artículos en revistas especializadas y de libros como: Religiosos educadores (1983), Escuela misionera y profética (1987).
 

Era pues el Superior General de los Claretianos cuando, en 1992, tuvo lugar la beatificación de los Mártires Claretianos de Barbastro. Esta fue la interesante carta con motivo del anuncio de la beatificación:

http://www.martiresdebarbastro.org/images/stories/pdf/barbastro.pdf

Luego en diciembre de 1992 publicó este otro documento:
http://older.claretianformation.com/es/charismatic-dimension/133-martyrs/201-circular-martirio-y-formacion-religiosa

Aquí podemos leer:
Los Mártires, a quienes se les había ofrecido la oportunidad de salvar su vida, nos ofrecen su testimonio de fidelidad inquebrantable. Su gozo por morir por Jesucristo, ideal de su vida, es el más elocuente grito profético contra algunas corrientes actuales que debilitan la fuerza de los compromisos religiosos. Sus escritos, llenos de sabiduría evangélica, son contrapunto irrebatible contra quienes devalúan o distorsionan los valores y exigencias de la vida religiosa y misionera. Los miembros de esta Comunidad seminario mártir son, por lo todo ello, modelos de esperanza para una formación más coherente y consistente. Ellos han hecho posible lo que otros nos quieren hacer creer como imposible, inhumano o incomprensible para este mundo.