Escuchaba distraídamente la radio uno de estos días mientras conducía. Entrevistaban en ese momento a la comisaria de una exposición artística, dadaísta y surrealista por más señas, que ha abierto sus puertas en Madrid. Mi desatención se disolvió en el momento en que oí las palabras “sacristía” y “deseo”. Reconozco que procuro no ser sextomaníaco y no busco por doquier, como muchos semicristianos, pecados contra el Sexto Mandamiento en todo lo que veo, leo u oigo. Pero el cerebro funciona así y me chocó la combinación de ambas palabras
 
            De modo que me fui a la prensa y encontré, efectivamente, la entrevista a esta señora (ver) en alguno de los varios medios de Internet. Mi colega Aramis en varios artículos sobre la decadencia (ver aquí) ha tratado certeramente la cuestión del arte de lo feo y de lo que lleva aparejado. No se puede añadir más. El extracto de prensa habla sobre la exposición en términos de “yuxtaposiciones maravillosas…lo importante es la idea… el visitante puede observar desde basuras hasta chucherías o billetes de tren”.
 


Probablemente a la comisaria de la exposición le divierta con “picardía” afirmar que el cuadro “El Deseo” esté colocado con ironía en la capilla del Palacio utilizado como sala de exposiciones. No se me escapa que la capilla está desacralizada, pero a ella tampoco se le escapa –para construir “su ironía”- la “gracia” que hace poniendo allí una obra de arte… que no iré a ver.

 Athos