Creo sinceramente que el mayor mal que aqueja nuestra sociedad es el aborto, el que las leyes amparen el exterminio de miles de vidas de niños en el seno de sus madres es fruto de una ruindad y degeneración moral en grado sumo y tambien raíz de muchos de los males que nos aquejan.
Hay que apoyar cualquier iniciativa y esta de recoger firmas para solicitar una consulta popular, en forma de referéndum, es desde luego una buena manera de hacer ruido y de conseguir que este asunto no caiga en el olvido de una sociedad adormecida y atontada al son de las “nanas” entonadas por “el poder” a través de los medios de comunicación.
 
Pero… ¿es realmente una buena idea el pedir una consulta? Yo creo que no por dos motivos:
 
              1º Cuestiones como el derecho a la vida están por encima de opiniones, de mayorías o minorías. Pedir un referéndum sobre el aborto es certificar la defunción del Derecho Natural y contribuir notablemente a “la Dictadura del Relativismo” que con tanta fuerza está denunciando el papa Benedicto XVI. El derecho a nacer no puede ser, no es, fruto del consenso, ni de las estadísticas y cuando se viola este primer y sagrado derecho humano no cabe otra opción que la de revelarse con todas las consecuencias para oponerse a esta legalidad-ilegítima desde la legítima-legalidad, y si fuera el caso desde la ilegalidad-legítima, perdonen el galimatías pero creo que se entiende bien ¿no?.
 
Por una cuestión eminentemente práctica: ¿Qué ocurriría, si una vez celebrada la consulta, la mayoría apoya el aborto?, no hay que ser muy astuto para ver el poder de manipulación, y de medios manipuladores, de los que dispone el adversario. Y si en el mejor de los casos la sociedad mayoritariamente se mostrase, en dicha consulta, contraria al aborto ¿cuanto duraría dicha negativa?, aunque se ganase el referéndum el derecho a la vida entraría, porque nosotros lo habríamos metido, dentro de las cuestiones opinables y los partidarios del aborto repetirían una y otra vez la consulta hasta alcanzar sus objetivos, ¿Qué paso con los referéndums sobre el divorcio en Irlanda?, y la situación seria aun peor que la actual, porque estaríamos igual que ahora, pero moralmente desarmados.
 
Pediría a los responsables de esta campaña que considerasen estos argumentos y reorientasen la estrategia impulsando una Iniciativa Legislativa Popular, por ejemplo, en vez de un referéndum.
 
Germán Menéndez