Raoul Follereau, el apóstol de los leprosos, fue fundador de la Ayuda Mundial, a los Enfermos de Lepra. Visitó 102 países del mundo. Recorrió más de 2 millones de km. Se conmovió al ver que los enfermos leprosos, eran apartados y abandonados en la selva.
Raoul Follereau contaba que había tenido un sueño:
 
«Un hombre se presentó ante el juicio del Señor Dios. Dijo:
-‘Mira, Señor. He observado tu ley. No he hecho nada injusto, malo o criminal. Señor, mis manos están limpias’.
El Señor le respondió:
-‘Indudablemente. Pero están vacías’».
 
Y se puso a luchar: 
- «Contra el hambre y contra la hartura de los satisfechos.
- Contra la bomba atómica, y en favor del amor al prójimo.
- Contra el sufrimiento de millones de seres inocentes.
- Contra la otra ‘lepra’, que es la raíz de todo mal, y que está en la dureza del corazón, -el egoísmo- en una sociedad harta de bienestar».
 
El Papa Francisco matizó en la conclusión de las audiencias sobre la Misericordia, en un titular destacado (L’Obsservatore Romano) la consoladora verdad, para quienes dedican esfuerzos y tiempos, en hacer obras de caridad y de misericordia, todo por amor a Jesús. El Papa afirmó:

-“Un cristiano reza también con las obras”.