Año del Señor 2018
4 de marzo 

Hola, buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

HOSPITAL PARA EL ESPÍRITU

Sor María y yo fuimos hace unos días al gran Hospital Universitario de Burgos para algunas revisiones. Es un complejo enorme de módulos, pasillos, recintos abiertos, consultas y muchos, muchos ascensores…

Me llamaba la atención ver a tanta clase de gente moverse, más bien con ligereza, por todos estos recintos. Excluyendo al personal sanitario y demás empleados, todos se dan aquí cita para buscar la salud de su cuerpo o mejorarla. De los pies a la cabeza, hay consultas para todas las partes del cuerpo, y hasta para la psique…

Llegamos a la entrada del hospital y, ya desde la calle, un gran ascensor subía a la gente, cada cual a su consultorio. Sor María se movía con gran seguridad; pero yo era la primera vez que estaba allí, no sabía por dónde iba. La seguía con gran confianza, porque ella era la “experta” y encontraba lo que buscaba. Yo iba como un niño, mirando todo y admirándome de todo…

Y, de repente, pensé: “¡Pero si existe un ‘hospital’ así para buscar la salud del alma!" Todos yendo presurosos a buscar mejorar en el espíritu: recibir la gracia, ¡sin tener que ser pensionistas!, o acoger la paz y el amor que un médico del espíritu está dispuesto a repartir, además gratuitamente.

Pienso que muchos, muchos reteros ya han encontrado, entre los distintos episodios de su vida, un “médico de familia” para su alma. Un hombre o mujer que es capaz de escucharles, de acoger sus debilidades y pecados con amor, así como sus angustias, tristezas o miedos, sus alegrías y gozos, y todo lo que al alma la condiciona para sentirse feliz y libre y para recibir, en un rato de diálogo profundo y sereno, toda la ternura de Jesucristo, que siempre me está esperando para darme la salud. Este Médico es quien más me ama y no se cansa de que le cuente mis “historias” más íntimas, porque todos, lo que más deseamos, es la paz profunda y el amor incondicional…

Creo que éste es un tiempo privilegiado para acercarme al Médico de mi alma, con fe y con sencillez, y esperar de Dios sus bendiciones a manos llenas en esta Cuaresma…

Hoy el reto del amor es que, si te mueve la gracia, te acerques, en una iglesia, a un sacerdote. Entrega a Cristo lo que te pesa. Saldrás de allí aligerado y feliz, con la gracia de Dios y su perdón seguro…

VIVE DE CRISTO



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¡Feliz día!

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