Disculpen mis lectores el abrupto titular con el que les convoco hoy. No me habría valido de él si no fuera transcripción cuasi-literal de lo que ha hecho alguien distinto de mí mismo, en este caso el periódico Público, que lo utiliza con indisimulable intencionalidad para titular la noticia de la gran concentración de personas ocurrida el pasado domingo en defensa en Madrid de la familia.

 

            El jueguecito de palabras está llamado a lo que está, que duda cabe; una nueva ofensa tan soez como gratuita a lo que constituyen las creencias, sentimientos y respetos de un determinado grupo social, nada minoritario en España por lo demás: el de los que componen la gran familia cristiana contra la que el periódico carga en cuantas ocasiones tiene de hacerlo. No es casual, por ello, que el diario en cuestión sea el indisimulado objeto de las simpatías y favores de nuestro presidente de Gobierno, con el que sin duda alguna, comparte una misma aversión, la que ambos sienten hacia el humanismo greco-cristiano, si me permiten Vds. llamarlo así, una aversión que constituye hoy día el paradigma ideológico del pesoísmo post-socialista zapateril.

 

            Puestos a hacer jueguecitos de palabras "divertidos" como el que hoy encabeza estas líneas, animo a los redactores y periodistas del diario Público a referirse también a las otras religiones que se practican en España. En este sentido, cúmpleme informarles de que después del cristianismo, la religión más practicada en nuestro país es el islam. El resultado puede quedar igual de "conseguido" y de "jocoso", y por lo que se refiere a Público, puede representar la ocasión pintiparada de mostrarse ante sus lectores como lo que son, a saber, los verdaderos y únicos campeones del laicismo entendido como lo entiende ese gran filósofo y pensador del s. XXI llamado José Luis Rodríguez Zapatero.