Amistad por interés,
 hoy es y mañana no es.
-Refranero-
 
          Se encuentran dos amigos y uno intenta sablear al otro:
          ─¿Me prestas 200 €?
          ─Es que no llevo nada encima.
          ─¿Y en casa...?
          ─Ah, en casa todos bien, ¡gracias!
 
          El buen humor y la sana ironía son armas eficacísimas cuando nos encontramos con personas que tratan de hacer un uso interesado de la amistad. Lo cual, lógicamente, no es amistad. 
          Siempre se ha considerado la amistad como uno de los bienes más excelentes. Para Cicerón, por ejemplo, si la amistad desapareciera de la vida, sería lo mismo que si se apagara el sol, porque nada mejor ni más deleitoso hemos recibido de los dioses inmortales.
 
          Gabriela Mistral, poéticamente, señala la identificación que produce la verdadera amistad:
Dame la mano y danzaremos;
dame la mano y me amarás.
Como una sola flor seremos,
como una flor, y nada más...


          En la vida, desgraciadamente, todo no es amistad verdadera, ni todos los amigos son sinceros. Hay amistades interesadas que siempre tienen segundas intenciones; mientras la persona pueda obtener algo de ti, la tendrás a tu lado, pero cuando ella ve que no tienes nada más para ofrecerle, simplemente, se aparta y busca otra amistad que le pueda dar lo que está buscando o lo que pueda favorecerle.
           Es el amigo ocasional que solo está allí para recibir y no para dar, es una amistad egoísta e interesada que produce desafecto, porque es una regla de la amistad que cuando la desconfianza entra por la puerta, el afecto sale por la ventana.
  
          Amistades que son ciertas nadie las puede turbar porque la verdadera amistad es una relación íntima de dar y recibir. Si solo busca egoísmo, lo mejor es darse la vuelta y tirar de ironía: 
          ─En casa bien. ¡Gracias!