Año del Señor 2018
23 de enero

Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

FONDUE

Hace unos días nos regalaron una fondue para chocolate, y ayer, que estábamos de cocina, decidimos estrenarla. Cuando miré la caja, vi que ponía claramente que era para chocolate, pero nosotras la queríamos para queso; unas decían que sí que valía, y otras que no. 

Fui a las instrucciones y leí que valía para las dos cosas, así que nos decidimos por el queso. 

Enchufarnos la fondue, pusimos la temperatura al máximo (o sea, al dos) y le pusimos el queso. Sí, era queso de fundir, pero a los 15 minutos seguía sin derretirse. Le dábamos vueltas y vueltas, pero nada. 

Volví a la caja para leer bien las instrucciones. Ahí ponía que servía para chocolate y para “mantener calientes las salsas”. 

¡Uffff! Al empezar con el queso, iba tan en lo mío que no leí que no era para “hacer” salsas sino sólo para “mantener calientes”, por eso era imposible que el queso se derritiese.

Me senté a pensar una solución. 

“Este aparato me va a mantener el queso derretido... por lo tanto, yo tengo que derretirlo”. 

Me fui al microondas a derretir el queso y, acto seguido, lo vertí sobre la fondue. Ahora ya estaba todo en su sitio, cada cosa se estaba usando para lo que era. 

Después me di cuenta de cómo el querer hacer una cosa a mi manera me cerró a ver lo que realmente tenía delante y querer apañar todo para mi objetivo. Pero nada funcionaba, porque todo estaba fuera de lugar. 

Jesús nos muestra siempre la letra pequeña de las instrucciones. En Él entendemos todo, y damos buen uso a cada cosa, a cada acontecimiento. Con Jesús descubres que todo tiene solución, que Él siempre te da un plan B: siempre tiene un microondas a mano para derretir aquello con lo que tú no puedes. Sólo necesita que te sientes con Él, y le compartas ese problema que tienes y del que no ves solución. Cristo sólo te pide que lo dejes en Sus manos y confíes.

Hoy el reto del amor es mirar con la mirada de Jesús ese problema que tienes; ése que parece que no hay manera de que se derrita. Pídele a Jesús que te muestre el camino. Al ir al trabajo, o cuando salgas, o en tu café, entra en una iglesia que veas abierta y habla de tu problema con Jesús durante cinco minutos. Él te mostrará el camino.

VIVE DE CRISTO 


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¡Feliz día!

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