Cultura política

La política no es perseguir votos para encaramarse en poltronas enjundiosas. Queremos pensar que los que están en la cumbre de la cosa pública lo saben, no son tan analfabetos como piensan los esquinados de siempre. Leer y escribir saben, y muchas cosas más. Pero si es posible que los que lucen su buen puñado de votos en el bolsillo de la solapa izquierda de la chaqueta, no disfruten de la cultura necesaria para orientar y dirigir a un pueblo que necesita alimento espiritual. El político debe ser como un poeta que sabe ofrecer al pueblo la belleza de las cosas bien hechas. Dijo Kennedy: Si hubiera más políticos que supieran poesía y más poetas que entendieran de política, el mundo sería un lugar un poco mejor para vivir en él.

Pero resulta que la poesía está muy lejos del dinero, de la industria, de las obras públicas, de la propaganda, de las estadísticas, y,  por supuesto, de la mentira, del camelo. Decía Kruschev: Los políticos son siempre iguales. Prometen construir un puente incluso donde no hay río.

Necesitamos políticos cultos, aun que sean sin carreras deslumbrantes, pero con sentido común. Y sobre todo políticos que no sepan odiar. Se confunde muy frecuentemente te la oposición política con el odio más ramplón. Hace unos días que tomó posesión de su cargo como Obispo de Zamora un murciano bien capacitado. Dejó su querida y cálida tierra para incorporarse a una comunidad castellana, brava, de buenos principios. Las altas autoridades de la Provincia zamorana no tuvieron el detalle de hacerse presente en el acto de la Catedral. D. Fernando asumió con garbo el desplante. Es un signo de incultura política. Puede uno tener más o menos fe en Dios, pero al menos debemos profesar un poco de fe en el hombre. Los que votaron a esas personas hicieron un acto de fe humana. ¿No pueden ellos hacer lo mismo? Un Obispo no es un monaguillo, es una personalidad que rige a un pueblo en el nombre de Dios. O si no quieren subir tan alto, es una autoridad que viene a servir a un pueblo que necesita alma que le ayude a mirar más allá de los intereses ideológicos.

                Vuelvo a repetir, los políticos deben ser más cultos, más “poetas” que descubran en su quehacer la belleza escondida en ese pueblo siempre hambriento de trascendencia. En algunos casos se cumple lo que dijo Nietzsche: La política es el campo de trabajo para ciertos cerebros mediocres. Afortunadamente no siempre es así, pero los hay.

                Al Sr. Obispo de Zamora, D. Fernando, le auguro una labor fecunda. Está preparado, tiene cultura, mucha ilusión, fondo espiritual, y natural de un pueblo que ha dado grandes personajes a la Iglesia, como el Obispo Rodenas y la madre Maravillas. En Zamora, uno de los pilares de España, hay buen vino de la Rivera del Duero, y Bullas no se queda atrás con su vino “peleón” y del Carrascalejo.

  1. Fernando, está usted en un sitio ideal para sembrar la Palabra y hacer que brote con fuerza la fe que hay escondida en esas tierras castellanas. No importa que ciertos políticos sin cultura no aprecien su labor. Mirando alto se ven las estrellas, y se puede convertir la pastoral en una bonita poesía que alimente con la Verdad los buenos corazones.     

Juan García Inza

Juan.garciainza@gmail.com