El buen humor:
— ayuda a mantener la salud: física y psicológica;
— distiende las facciones duras del rostro;
— quita las arrugas del espíritu;
— ayuda a la buena digestión, quita el estrés.
 
El buen humor:
— rebaja la tensión sanguínea;
— quita hierro al percance;
— desintoxica nuestro interior;
— rejuvenece el alma;
— devuelve la alegría de vivir.
 
El buen humor:
— relativiza los problemas de cada día;
— es una ayuda para tener paz con uno mismo y
— saberla transmitir a los demás;
— predispone a tender puentes y quitar escollos.
 
El buen humor:
— nos anima a seguir por el camino emprendido;
— evita crispaciones, enfrentamientos, malos modos;
— hace aflorar la bondad, la comprensión, el perdón;
— beneficia la convivencia y la buena armonía.
 
Santo Tomás Moro compuso una oración para pedir el buen humor: «Dios mío, concédeme el sentido del humor para que saboree un poco de felicidad en la vida y sepa transmitirla a los demás.»
 
 





Alimbau, J.M. (2017).  Palabras para la alegría. Madrid: Voz de Papel.