El cuarto Monasterio de mi recorrido por Madrid -tras visitar el Monasterio del Corpus Christi, el de San Ildefonso y el de Santa Teresa- es el de Santiago el Mayor donde viven las Comendadoras de Santiago. Decido visitarlo en cuarto lugar pues, de pequeña, recuerdo haber entrado en su iglesia y haberme quedado impresionada viendo colgando del techo unos enormes estandartes de antiguas batallas.

Está muy céntrico, en la plaza de las Comendadoras 10, y ocupa una manzana entera. En esta ocasión, voy a participar de una visita en grupo que el equipo técnico responsable de la restauración del Convento organiza el primer y el tercer lunes de cada mes a las 17h. Somos unas quince personas y accedemos por una pequeña puerta situada en la calle del Acuerdo 19.

Se cierra la puerta y nos recibe la arquitecta Emanuela Gambini, directora de la rehabilitación del edificio, que comienza explicando quiénes son las Comendadoras de Santiago, la Orden femenina que surgió a finales del siglo XII de los Caballeros de la Orden de Santiago.

Inicialmente, las Comendadoras eran monjas contemplativas de clausura estricta bajo la Regla (o normas para organizar la vida en comunidad) de San Agustín. Pero, hoy día, según Gambini, son de semi-clausura y se dedican a diversas tareas. En España quedan 3 Conventos: el de Madrid que dirige una Escuela de Educación Infantil, el de Toledo elabora dulces y encajes, y el de Granada que regenta una hospedería.

Tras situarnos históricamente, pasamos a una gran sala que me deja boquiabierta. Es espectacular y regia. Me llaman la atención el suelo, en blanco y gris oscuro, como si fuera un tablero de ajedrez, así como los colores de las paredes, verde azulado y amarillo. Al final de la sala, sobre un fondo rojo, veo una enorme imagen de Santiago Apóstol a caballo, con un gran estandarte.

Esta Sala -nos explica- es la Sacristía de los Caballeros restaurada hace 10 años. Aunque se le denomine “sacristía” no es una sacristía como tal (es decir, el lugar donde los sacerdotes se revisten antes de decir misa) sino una sala protocolaria donde “velaban las armas aquellos que iban a ser cruzados caballeros”. Precisamente, hace unos meses, el 20 de junio 2017, el Cardenal Arzobispo de Madrid, D. Carlos Osoro fue cruzado y tomó el hábito de la Orden de Santiago en este lugar. 

Sobre los colores que decoran las paredes -continúa Gambini- son los de la Orden: el verde azulado representa los laureles de los vencedores; el amarillo, la tierra conquistada y el rojo, la sangre de los mártires.

Poco a poco Emanuela Gambini nos va envolviendo con sus palabras: “velar armas”, “cruzar caballeros”, “tierra conquistada”…, y transmitiendo su pasión por este Monasterio que lleva restaurando desde hace más de 20 años con medios muy escasos, según nos dice. De hecho, nos pregunta si alguno de los que formamos el grupo de visitantes tenemos relación con el Ayuntamiento de Madrid pues está deseando recibir ayuda y atención de las Administraciones Públicas para continuar y agilizar las obras de restauración.

El Monasterio lo comenzaron dos arquitectos italianos, Manuel y José del Olmo en la segunda mitad del siglo XVII, pero es lo que construyó Francisco de Moradillo, el arquitecto de Fernando VI en el siglo XVIII, lo que se visita. Pasamos a la “Capilla de la Fuente” y después a un antiguo locutorio con su reja y un torno.

En el grupo he observado que todos somos españoles menos un chico oriental que viene solo, muy serio, vestido de negro. Junto al torno le pregunto si sabe lo que es un "torno". Me responde en inglés: “Sorry, I don´t speak spanish”. ¡Madre mía -pienso- lleva más de una hora sin entender nada!

Llegamos a un pequeño patio, el llamado “Patio de Moradillo”, y allí nuestra guía nos cuenta como durante la Guerra Civil española, el Convento se usó como checa (cárcel política) y que en este patio se hacían fusilamientos. Ante nuestras miradas atónitas, nos muestra en la pared una pequeña placa con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús con señales de balazos.

Ya casi de noche pasamos a la “Capilla de las Niñas” llamada así por ser donde las alumnas internas asistían a misa antiguamente. Encima del altar, veo un enorme cuadro de la Virgen María, una Inmaculada de Murillo y aprovecho para dirigirme al chico oriental para explicarle quién es. “For us, She´s the mother of God”, le digo. Y me contesta: “Ah! Is She Mary?” Su respuesta me hace sonreír. Aunque no entienda una palabra de español, me alegra comprobar que sí sabe quién es la Virgen María.

En la pared derecha, Gambini nos muestra un pequeño cuadro de la Madre Mariana Vélez Ladrón de Guevara, fundadora del Convento. A continuación, nos espera otra sorpresa: uno a uno vamos pasando tras el altar de la capilla para ver el sarcófago donde reposan los restos de la Madre Mariana. ¡Cuánta historia, obras de arte y sorpresas guarda este Monasterio!, pienso en mi interior. Y mirando las caras de mis acompañantes, me da la impresión que ellos están pensando lo mismo.

Recorremos varios pasillos, subimos una escalinata y llegamos a la “Capilla del Consuelo” que da a la Sala Capitular donde las monjas recibían a la Realeza y a la aristocracia. Miro por las ventanas y ya es totalmente de noche. Tras 3 horas y media, termina la visita y estoy agotada pero feliz. He aprendido un montón de cosas y he “viajado” al pasado. Es cierto que me hubiera gustado ver a las Comendadoras que actualmente habitan el Convento 13 monjas- pero se ha hecho muy tarde y ya es imposible.

Yendo hacia el metro de San Bernardo, pienso que me queda pendiente volver a conocer personalmente a las Comendadoras para que me cuenten más historias y secretos que seguro esconde este gran y antiguo Monasterio.
 
 Datos de interés:
Real Monasterio de Santiago el Mayor
Plaza de las Comendadoras 10. Madrid 28015

http://comendadoras-madrid.com/
http://fundacioncomendadoras.org/

Para visitas didácticas:
Primer y tercer lunes de cada mes, a las 17h. Imprescindible reservar por teléfono: 91 548 18 42. La visita dura aproximadamente 3 horas y el precio es 5€/persona.