Noviembre avanza, casi sin darnos cuenta. Hace unos días, hablaba a un grupo de chicas, de cómo enfocar el nuevo curso. Y establecimos tres lemas, que pueden servirnos de horizonte.
 
1. Atrévete a pensar: La frase, colocada a la entrada del templo de Delfos, conlleva tres hermosos compases: Primero, “mira la realidad”. No cierres los ojos, ni te pongas una venda, ni la ocultes. Percíbela con todo realismo, sin miedo. Segundo, “percibe sus luces y sus sombras”. Si la necesitas, pide “ayuda”, “consulta” con alguien para que te ayude a “ver” las luces y las sombras de la “realidad”. Tercero, “toma una decisión”, “actúa”, “realiza tu misión”.
 
2. Atrévete a creer en Dios, Padre de ternuras y bondades: El Papa emérito Benedicto XVI nos ha dejado esta hermosa definición de fe: “Creer no es otra cosa que, en la noche del mundo, tocar la mano de Dios y así, en silencio, escuchar la Palabra, ver el Amor”. Eso es fe: “Haber visto, o haber sentido, o haberte encontrado con Dios”. Creer es tener experiencia de Dios. Búscale primero, en el silencio de tu corazón, allá donde anidan nuestros mejores sentimientos. Le encontrarás, cando menos lo esperes.
 
3. Atrévete a amar: Con amor afectivo, poniendo el corazón en todo lo que hacemos; con amor efectivo, “obras son amores y no buenas razones”; con amor aromático, el amor-aroma que todo lo envuelve: palabras cercanas, no hirientes; sonrisas amables; gestos hermosos. El Papa Francisco, en su oración por los jóvenes, pide al Señor: “Mantén abiertos sus corazones a los grandes sueños y haz que estén atentos al bien de los hermanos”.