La fiesta de 1935, antes del martirio del Cristo de Urda

San Juan Pablo II, el 25 de enero del año 2005, concedía a perpetuidad, la gracia de Año Jubilar para el santuario de Urda (Toledo) siempre que el 29 de septiembre, festividad del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, coincida en domingo. Este año, y a pesar de los meses “robados” por la pandemia del COVID 19, se está celebrando el Jubileo, desde el pasado 15 de septiembre de 2019 y hasta el 12 de septiembre de 2020.

Esta fotografía nos muestra a un grupo de jóvenes en la fiesta de 1932

El artículo de hoy quiere mostrarnos la última fiesta vivida con la imagen original del Cristo de Urda, antes de que esta también sufriera las iras de las hordas marxistas. No solo hemos encontrado la crónica de dicha fiesta en las páginas de El Castellano, sino también la fotografía que acompañan estas líneas y que fue publicada en el Ahora [calificado como un diario de centro republicano, y que llegó a superar los 100.000 lectores de tirada a nivel nacional durante la Segunda República], el 5 de octubre de 1935.

La crónica, del 30 de septiembre de 1935, recoge que «ayer tarde, alrededor de las cinco, llegó la banda de la Academia militar de Toledo, dirigida por el maestro Martín Gil, para amenizar las fiestas en honor del Nazareno. Se la dispensó un cariñoso recibimiento. Es el tercer año que visita consecutivamente este pueblo dicha banda que goza aquí de gran simpatía. A su llegada, actuó en la ermita, y luego, en las vísperas, durante las cuales se cantó un Miserere. Por la noche hubo un concierto en la explanada y se quemó una colección de fuegos artificiales. Esta mañana la imagen del Nazareno fue trasladada, con numeroso acompañamiento, a la iglesia parroquial, donde se celebró una misa solemne, que estuvo concurridísima. En la procesión y en la fiesta hubo muchos hombres».

La procesión de la víspera, el día 28 y la misa mayor fue presidida por el párroco, siervo de Dios Enrique Corral y predica, el párroco de Menasalbas e hijo del pueblo, siervo de Dios Constantino Rabadán, con el sugestivo tema: “Jesucristo es el ideal de las almas y de los corazones”.

El día de la fiesta (29 de septiembre) «en la misa mayor, ocupó la sagrada cátedra el señor magistral de la Primada, don José Rodríguez, quien, con la elocuencia y sabiduría en él bien acreditadas, nos cautivó con un discurso de tonos serenos y elevados, en el que presidió la más pura dialéctica, que dio acusado carácter a una sólida argumentación. “El amor a Jesucristo” fue el tema elegido por el señor Rodríguez, y a fe que no pudo estar más oportuno y acertado en la elección del asunto […].

El traslado de la milagrosa imagen de Jesús, desde la iglesia parroquial a su ermita, y que tuvo lugar inmediatamente después de terminada la solemne misa mayor, constituyó como siempre, un acto apoteósico, inenarrable, digno de ser presenciado por propios y extraños; algo que habla muy alto en pro de los acendrados sentimientos religiosos del pueblo de Urda y de los comarcanos, pues no sólo somos nosotros los que vitoreamos y aclamamos al Cristo de nuestros amores, es la región manchega en toda su integridad, la que en ese día acude solícita, con nutridas representaciones, a asociarse a nuestro fervor y a prosternarse conmovida a las sagradas plantas de la efigie del Salvador del Mundo, y a prorrumpir en aclamaciones ensordecedoras que acallan y se imponen a los incesantes estampidos de centenares de voladores que sin interrupción surcan los aires, lanzados al espacio por manos piadosas…

El que no haya sido testigo de la procesión de nuestro Santo Cristo, bien puede decir que desconoce uno de los actos más solemnes y conmovedores que los católicos practicamos. El presente año tal manifestación de fe religiosa ha superado con mucho a la de los anteriores habiendo contribuido eficazmente a resultado tan consolador la mayor afluencia de forasteros venidos de los pueblos comarcanos, y que a nosotros se han asociado para que así, unidos todos, en los mismos sentimientos de fe y de devoción, poder cantar las glorias excelsas del Santo Cristo de Urda […]. - Corresponsal».

El Siglo Futuro, periódico que editaba la Comunión Tradicionalista, publicó está fotografía el 16 de octubre de 1935. También corresponde a la última procesión antes del "martirio" que el Cristo sufriría a manos de los milicianos a finales de 1936.

El “martirio” del Cristo de Urda

Así que, tras la noticia sobre la última fiesta del Cristo, en septiembre de 1935, damos un salto hasta finales de 1936. La Sagrada Imagen es derribada desde el camarín para caer al suelo. Los restos del Cristo de Urda, fueron posteriormente cargados en un vehículo y tirados a una de las canteras existentes en la villa. Acto seguido, un cantero y vecino de esta localidad recogió los restos en un saco durante la noche y en combinación con un mecánico llamado “el alemán”, por ser esa su nacionalidad, los escondieron en el falso techo de su taller, guardando el secreto durante toda la contienda. [De hecho, en la calle Eras se puede leer que está dedicada "a don Guillermo Neumeister Kollmar por custodiar los Sagrados Restos de la Imagen de nuestro Cristo en 1936"].

En el año 1939, acabada la guerra civil, las personas antes mencionadas entregaron dicho saco con los restos de la Sagrada Imagen a la Junta de la Real Archicofradía, siendo enviados éstos a un taller de Imaginería religiosa a Valencia. Al poco tiempo y una vez restaurada, quedaba la Sagrada Imagen con la misma expresión que había tenido anteriormente. El día 18 de agosto de 1939 de nuevo es colocada en su camarín, ya restaurada, donde permanece al culto hasta la fecha.