Tengo un recorte de una revista italiana de hace años en la que se hacía una entrevista a la Madre Teresa de Calcuta -hoy santa-, premio Nobel de la Paz, durante un viaje que hizo a Roma. El periodista le preguntó:
— «Madre Teresa: ¿qué hará cuando vea a Dios?»
— »Cuando yo llegue a Dios, le sonreiré
 
¡Cuántas veces sonrió en vida a los cristos sufrientes!
¡Cuántas veces ofreció ayuda y siempre con una sonrisa!
¡Y acunó a niños abandonados con la ternura de su sonrisa!
¡Y les dio biberones, afecto... con la sonrisa de una madre!
      
También una vez preguntaron al actor y director de cine, Mario Moreno «Cantinflas»:
— «¿Cómo cree que Dios le recibirá al morir, al presentarse ante su presencia, en el Paraíso?» Mario Moreno contestó:
— «Espero que Dios misericordioso me reciba con una sonrisa
 
El psicólogo y maestro espiritual P. Bertran Quera decía:
— «Llamo sonrisa buena a la que nace de un corazón bueno. No hablo de las sonrisas irónicas, que punzan y hieren... Éstas no son buenas, ni suelen salir de un corazón bueno y noble.»

Las sonrisas de quien ama de verdad... son buenas.
Las sonrisas del generoso, de quien se da... son las mejores.
 
¡Anda! No pidas a Dios que te haga dichoso.
Pídele a Dios —aunque sea solo con una sonrisa— que te haga útil.





Alimbau, J.M. (2017).  Palabras para la alegría. Madrid: Voz de Papel.