CUARTA APARICIÓN
   Los pastorcitos vinieron serenos de su aventura en Vila Nova de Ourem. Su única preocupación era haber faltado en Cova de Iría.
   Por la mañana del domingo 19, después de participar en la Eucaristía, fueron a rezar el Rosario a la Cova con algunos amigos. Por la tarde, Lucía, Francisco y su hermano Juan, que sustituía a Jacinta, condujeron sus rebaños a os Valinhos (Los Vallecitos); a medio camino entre Ajustrel y el Cabeco. Observaron que la atmósfera  tomaba el mismo aspecto que en las apariciones. Contemplaban el fenómeno, cuando Lucía vislumbra el rayo de siempre. Le pide a Juan que vaya a buscar a Jacinta. Solo se movió por una propina de su prima.
   Al llegar Jacinta, otro relámpago y los tres ven nuevo a la Señora.
     Si no os hubiesen llevado a la aldea, el milagro hubiera sido más grandioso.
   Vendrá San José con el Niño Jesús para dar la paz al mundo. Nuestro Señor, para bendecir al pueblo. Nuestra Señora de Rosario. Nuestra Señora de los Dolores…”
   A petición de Lucía, la Virgen le hace algunas indicaciones sobre el dinero que la gente deja junto a la encina. Esto es de poca importancia. No ha venido para eso. Continúa con aire triste:
   “Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores. Mirad que van muchas almas al infierno por no haber quién se sacrifique y ruegue ellas”.
   Juan, el hermano de Jacinta, describió a su madre lo visto en esta aparición: