La supervivencia de la especie humana no depende sólo del progreso económico, sino también de la curación de su alma
 
La especie humana está en peligro y necesita curar su alma para sobrevivir, lo que sólo se puede conseguir con la ayuda del espíritu. Cuerpo, alma y espíritu son nociones ancestrales presentes en todas las creencias, pero después de la primera mundialización el espíritu humano quedó fracturado: se descuidó la naturaleza y se olvidó la espiritualidad. El lugar del renacimiento del amor escondido desde hace tanto tiempo, esperando la oportunidad de demostrar su permanencia, no puede ser otro que España. Así lo afirma Thierry Gaudin.
Thierry Gaudin es ingeniero y doctor en Ciencias de la Información y la Comunicación, así como experto internacional que ha trabajado para la OCDE, la Comisión Europea y el Banco Mundial. Autor de" 2100 relato del próximo siglo"

Estoy de acuerdo con él cuando afirma que la especie humana necesita urgentemente la curación del alma, pero difiero en su tesis de que esta curación habría de venir de la recuperación del espíritu islámico presente durante tantos siglos en España. No parece darle tanta importancia al cristianismo. De todos modos son válidas muchas de las afirmaciones suyas, que aquí recogemos y subrayamos.

Hoy, la supervivencia de la especie humana está en peligro. Las dificultades materiales no se resolverán sólo con el progreso económico: por eso hay que curar al alma, lo que únicamente podrá hacerse con la ayuda del espíritu.

Es muy cierta esta afirmación. La prueba la tenemos en un occidente que se ha ido descristianizando debido a una absolutización de lo puramente mercantil. El cuerpo social ha crecido y engordado, pero el alma, por falta de alimento, ha caído en una anorexia espiritual y doctrinal, causa de todos los males que nos aquejan hoy.

¿Pero, qué significa “curar el alma”?  Se pregunta el autor.  Nos ofrece un esbozo de lo que pudo ser el origen de nuestro mal espiritual:

Es la divinidad del poder, el dios todopoderoso, también el de la guerra, que se puso al frente de los “otros” en la primera mundialización, la de la ruta de la seda, cuando las caravanas necesitaban una protección contra los saqueadores.

De todo ese proceso resulta el descuido de lo existente (la naturaleza) y el olvido de la espiritualidad, la cual debería ser el piloto y el timón.

Para hablarnos de la curación del alma Gaudin nos cuenta la siguiente historia:

Buscar las llaves

¿Conoce Vd. la historia del hombre que buscaba sus llaves bajo la farola, porque allí estaba iluminado? Sí, ciertamente, y conocemos tantas disciplinas que limitan su mirada a una limitada categoría de datos. El mundo del conocimiento moderno es un mosaico de saber parcelario, cuanto más seguro en sus conclusiones, más improbable en su acierto.

Pero esta historia tiene una segunda parte: las llaves las había perdido en su casa, donde está oscuro. Es una historia mística, que dice: “estás buscando fuera lo que solamente puedes encontrar dentro.” Por eso decimos que para curar el alma, hay que escuchar la voz de dentro... Esta voz me habla de la soledad del poder, el cual ha perdido su amor.


Esta historia me ha recordado aquel punto del libro Camino de San Josemaría Escrivá que viene a decir: Por qué tanto buscar fuera si tu mundo lo llevas dentro. Es una aplicación de aquello que dice Cristo: Mi Reino está dentro de vosotros mismos.


Y dice Gaudin: De todo ese proceso resulta el descuido de lo existente (la naturaleza) y el olvido de la espiritualidad, la cual debería ser el piloto y el timón…
 De ahí resulta un monólogo triste, en el que la dominación se encuentra sin interlocutor…

Buscar las llaves.  El mundo del conocimiento moderno es un mosaico de saber parcelario, cuanto más seguro en sus conclusiones, más improbable en su acierto.

Y concluye su razonamiento afirmando que ahora viene el tiempo del despertar, y tiene toda la razón. Es verdad que hay voces que nos llaman insistentemente. Muchas de ellas muy potentes, como lo era la de Juan Pablo II y lo es la de Benedicto XVI. Pero necesitan oídos dispuestos a escuchar, mentes abiertas a la luz de la Verdad, espíritus emprendedores para pasar a la acción.
 Este blog lleva por título Un alma para el mundo. Me gustaría que España, que ha llevado la Verdad del Evangelio a medio mundo, vuelva a sacar a la luz ese amor escondido que encierra en su alma.