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El grupo de música “Brotes de olivo” ofrecerá un concierto el próximo sábado, 20 de mayo, en el Colegio Inmaculada Niña, enmarcado en las celebraciones del 150 Aniversario del nacimiento del Padre Federico Salvador Ramón Siervo de Dios.

 

Es una iniciativa enmarcada en el 150 aniversario del nacimiento del fundador, que las religiosas celebran con el lema “Nacido para la Divina Infantita (1867-2017)”.
 

Brotes de olivo es un grupo numeroso que, a través de la música y la canción, se sienten “instrumentos de Dios para ofrecer al mundo la Buena Noticia: Siendo uno con quienes construyen el Reino de Dios y su justicia”, indican ellos.
 

Las entradas para el concierto se pueden adquirir de modo anticipado en la portería del colegio o justo antes del concierto. El Colegio de Inmaculada Niña está situado en el Camino Bajo de Huetor número 49.
 

PADRE FEDERICO SALVADOR RAMÓN
Es el fundador de las Esclavas de la Inmaculada Niña (18671931). El 28 de abril de 1895, fiesta del Buen Pastor, Federico tuvo una experiencia carismática vocacional en la que se sintió llamado por el señor para realizar una función específica en el Pueblo de Dios. Desde aquel momento, vivió su vida de una forma nueva: A la escucha del plan de Dios para él y para todos los hombres y deseando servir a Jesús Siervo, y en Él a todos los necesitados.
 

Regresa a España el 23 de agosto de 1902. Del 22 al 27 de septiembre, escribió la primera Regla o Constituciones de los Esclavos, y el 20 de diciembre de 1904, en Cantoria (Almería), comenzó a escribir las primeras constituciones de las Esclavas.
 

Empieza una gran actividad apostólica por las diócesis de Almería, Granada y Guadix. Muchas fueron las dificultades por las que pasó la congregación, debidas a dolorosas e injustas calumnias contra los fundadores, hasta que fue aprobada por la Santa Sede. La vivencia del carisma les hizo esperar contra toda esperanza en total abandono a la voluntad de Dios durante diez años. Tenían la certeza del carisma recibido: “La Esclavitud de la Divina Infantita es obra de Dios”.
 

Providencialmente, Federico viajó a México y allí, este joven misionero que había recibido el carisma de la esclavitud Mariana, se encontró con Rosario Arrevillaga, fascinada de amor por la Inmaculada Niña. De esta unión profundamente espiritual nació la Congregación de las Esclavas de la Inmaculada Niña, el 23 de febrero de 1901.