Si el católico de derechas está en contra del encarcelamiento por delito de opinión es porque es consciente de que el primer preso político fue San Juan Bautista. Si el populista de izquierdas está a favor de que Leopoldo López permanezca en la prisión de Ramo Verde es porque es consciente de que el comunismo, la variante política del miedo, necesita del Gulag. Por eso Maduro no otorgar el tercer grado al líder opositor y por eso Pablo Iglesias no condena la arbitrariedad jurídica de su mecenas.
Maduro sabe que el hombre que se alimenta de miel es más peligroso para el poder que el que se desabrocha el primer botón del pantalón tras pedir la cuenta en El Bulli. Para Herodes, pues, el rival no es el rico Epulón, sino el Bautista, al igual que para Iglesias el rival es la prensa libre y no Amancio Ortega. De hecho, el fundador de Zara es el contrapunto que necesita Podemos para que su mensaje cale entre los descamisados, mientras la prensa es el niño que señala a Pablo para aclarar que el rey está desnudo.
Por señalar donde no debe, una periodista de Okdiario ha sido reprendida en público por Juan Carlos Monedero, al que pidió su parecer sobre la situación de Venezuela. Monedero, que es un intelectual de izquierdas, esto es, un pedante que cobra por pensar en los pobres, supeditó la respuesta al conocimiento geopolítico de la redactora, a la que contestó que se la daría si ella le decía primero el nombre del presidente de Portugal. La chica, que no lo sabía, desaprovechó la oportunidad de plantearle que ambos recurrieran a Wikipedia: ella para buscar el apelativo del líder luso y él para buscar el segundo apellido de los dos millones de rusos asesinados por Stalin.