Año del Señor 2021
2 de febrero
 
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 
 
UN REGALO PROBADO
 
Ayer fue el cumple de sor Carmen, mi compañera de oraciones. Y, como regalo final, le entregué aquel proyecto para su belén que empezó siendo un molino, y terminó siendo una pequeña plaza con dos tiendas, un camino y el molino. 
 
Sí, sí, la verdad es que este desenlace surgió sin buscarlo. Porque yo tenía la idea del molino, pero después, una amiga, por facilitármelo, me regaló la rueda del molino (así no la tenía que hacer desde cero), pero además la acompañó con unos cuantos farolillos en miniatura. Y, claro, cómo iba a montarle solo el molino y a entregarle los farolillos sueltos... 
 
Así que empecé con ello; no sabía si a ella le haría ilusión, pero desde luego que la que tenía ilusión era yo. Esas cosas de motores y luces me encantan. Así que comencé el proyecto con gran ilusión. 
 
Sin embargo, unos días después, cuando tenía todo sobre la mesa... he de reconocerlo, me pasé un par de días de frustración, porque aquello no funcionaba como yo quería, pensado en que iba a contrarreloj y tenía que dedicarle tiempo para tratar de comprender por dónde seguir. 
 
Pero una vez superados los días de frustración, aquello ya fue rodado: fuimos construyendo la base, los tenderetes, el circuito de luces, enchufando motores... y, con todo, hasta me sobró un día.
 
Pero lo mejor, lo mejor, ha sido descubrir cómo al otro le ha llegado al corazón este detalle de cariño. 
 
Después, en la oración, el Señor me regaló descubrir que esto mismo que me sucedió a pequeña escala nos pasa con tantísimas cosas: con pequeños y grandes proyectos, nos pasa en la oración, en las relaciones con las personas... y es que es algo de la propia vida. 
 
Y en todo se da ese común denominador: la ilusión que empuja a comenzar, algo de frustración al ver trastocada tu idea, pero el quid de la cuestión es no tirar la toalla en ese punto, sino más bien contar con ello, y dar el siguiente paso, perseverar hasta el fin. 
 
Un proyecto, un amor, incluso un solo día de nuestra vida... conlleva esto mismo. Todo ello es Don, pero también tarea. Sin embargo, la verdadera tarea que el Señor nos pide es que no tiremos la toalla, que sigamos perseverando en ello, pues de ese modo se van quedando atrás nuestras “ideas”, y vamos acogiendo más las Suyas, Sus proyectos, Su Vida. 
 
Hoy el reto del amor es tener paciencia. Es contar con la frustración, que es puramente humana, y, al contar con ella, impedir que nos haga tirar la toalla. Saber esperar en Él renovando la ilusión, renovando el Amor.
 
VIVE DE CRISTO
 
 
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¡Feliz día!
 
 
©Producciones es El- Vive de Cristo (Dominicas Lerma)

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