Cristo despojado de sus vestiduras. Anónimo del siglo XVIII. Museo Nacional del Virreinato, Ciudad de México.

10ª Estación: Expolio de Jesús

Más pobre que en Belén te me presentas, dulcísimo Jesús. Allí no te faltaron los pañales de nieve y de cariño, que preparó tu Madre. Aquí te falta todo. Lo poco que conservas, los míseros vestidos, teñidos en tu sangre, lo arrebata la saña delos hombres inhumanos, que gozan, ¡desgraciados!, viendo a su Dios sufrir. La túnica inconsútil de tu Iglesia, mil veces en la Historia rasgada y repartida, se trueca de repente en púrpura y armiño de triunfo y esplendor. Tu Esposa, empobrecida, es más rica en virtudes: como la quieres Tú. Tu carne inmaculada sufrió esta vil afrenta, tal vez para curarnos las pútridas heridas de faltas de recato, de modas indecentes; los frutos corrompidos de nuestra liviandad, Señor; que seamos castos en obras, pensamientos y palabras, pues somos racionales, pues ese es nuestro orgullo, y esa tu voluntad.
 

Imagen de Jesús Despojado. Hermandad de Despojado y Caridad de Salamanca.